SN 46,53 Aggi Sutta – Discurso del fuego

El Buda explica que el desarrollo de algunos factores de iluminación puede ser oportuno en ciertas ocasiones y en otras no. Todo depende de si la mente es perezosa o está agitada.

 


[Leer en pali]

[53] Cierta mañana un grupo de monjes se vistió y, tomando sus cuencos y vestimentas externas, entró a Savathi para mendigar comida. Pero entonces pensaron:

“Todavía es demasiado temprano para mendigar comida en Savathi, vayamos al parque de los ascetas errantes de otras sectas”.

Y acto seguido fueron al parque de los ascetas errantes de otras sectas, intercambiando allí cordiales saludos y, una vez concluidas las palabras de bienvenida, se sentaron a un lado. Entonces los ascetas errantes les dijeron:

“Amigos, el asceta Gotama enseña el Dhamma a sus discípulos de la siguiente manera: ‘Venid monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Nosotros también enseñamos el Dhamma a nuestros discípulos de esa manera: ‘Venid monjes, abandonad los cinco impedimentos, las corrupciones mentales que debilitan la sabiduría y desarrollad correctamente los siete factores de iluminación’. Así que, amigos, ¿cuál es la diferencia, cuál la distinción y divergencia entre el asceta Gotama y nosotros, en consideración a la enseñanza de un Dhamma y otro, o en consideración a un forma de instrucción u otra?».

Entonces, aquellos monjes, ni se deleitaron en las palabras de los ascetas errantes ni tampoco las rechazaron. Y así, sin deleitarse en ellas y sin rechazarlas, se levantaron de sus asientos y se fueron pensando:

“Vamos a aprender el significado que estas palabras en presencia del Bienaventurado”.

Acto seguido, se fueron a Savathi a mendigar la comida. Cuando retornaron de su habitual ronda de pedir limosnas y alimentarse, se acercaron al Bienaventurado. Después de rendirle homenaje, se sentaron a un lado y le relataron toda la discusión mantenida con los ascetas de otras sectas.

[Entonces el Bienaventurado dijo:]

“Monjes, cuando los ascetas de otras sectas hablan de esta manera, debería preguntárseles así: ‘Amigos, cuando la mente llega a ser perezosa, ¿cuál de los factores de iluminación no es oportuno desarrollar en esa ocasión, y cuál de los factores de iluminación es oportuno desarrollar en esa ocasión? Además, amigos, cuando la mente llega a estar agitada, ¿cuál de los factores de iluminación no es oportuno desarrollar en esa ocasión, y cuál de los factores de iluminación es oportuno desarrollar en esa ocasión?’. Siendo preguntados de esta manera, aquellos ascetas errantes no serán capaces de responder y hasta podrían contrariarse. ¿Por qué? Porque esto no estaría dentro de su dominio. Yo no veo a nadie, monjes, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos, que pudiese responder satisfactoriamente a estas preguntas, excepto el Tathagata, un discípulo del Tathagata o alguien que hubiese oído [esta enseñanza] de ellos.

 

1. LO INOPORTUNO EN UNA MENTE PEREZOSA

“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a ser perezosa, no es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación ni la ecuanimidad como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente perezosa, monjes, es difícil de despertar mediante estos factores.

“Es como un hombre que quiere encender un pequeño fuego. Si él lanzara ahí pasto mojado, madera mojada o estiércol de vaca mojado, y lo rociara todo con agua y esparciera tierra encima, ¿sería capaz de encender un pequeño fuego?”.

“No, Venerable Señor”.

“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a ser perezosa, no es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación ni la ecuanimidad como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente perezosa, monjes, es difícil de despertar mediante estos factores.

 

2. LO OPORTUNO EN UNA MENTE PEREZOSA

 “En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a ser perezosa, es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobo, como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente perezosa, monjes, es fácil de despertar mediante estos factores.

“Es como un hombre que quiere encender un pequeño fuego. Si él lanzara ahí pasto seco, madera seca o estiércol de vaca seco, y soplando sobre todo no esparciera tierra encima, ¿sería capaz de encender un pequeño fuego?”.

“Sí, Venerable Señor”.

“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a ser perezosa, es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación y el arrobo como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente perezosa, monjes, es fácil de despertar mediante estos factores.

 

3. LO INOPORTUNO EN UNA MENTE AGITADA

“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a estar agitada, no es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación ni el arrobo como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente agitada, monjes, es difícil de calmar mediante estos factores.

“Es como un hombre que quiere apagar una gran hoguera. Si él lanzara ahí pasto seco, madera seca o estiércol de vaca seco, y soplara sobre todo sin esparcir tierra encima, ¿sería capaz de apagar una gran hoguera?”.

“No, Venerable Señor”.

“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a estar agitada, no es oportuno desarrollar el análisis de los fenómenos como factor de iluminación, la energía como factor de iluminación ni el arrobo como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente agitada, monjes, es difícil de calmar mediante estos factores.

 

4. LO OPORTUNO EN UNA MENTE AGITADA 

“En esta ocasión, monjes, cuando la mente llega a estar agitada, es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación y la ecuanimidad como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente agitada, monjes, es fácil de calmar mediante estos factores.

“Es como un hombre que quiere apagar una gran hoguera. Si él lanzara ahí pasto mojado, madera mojada o estiércol de vaca mojado, y rociara todo con agua y esparciera tierra encima, ¿sería capaz de apagar la gran hoguera?”.

“Sí, Venerable Señor”.

“De la misma manera, monjes, en esta ocasión, cuando la mente llega a estar agitada es oportuno desarrollar la tranquilidad como factor de iluminación, la concentración como factor de iluminación y la ecuanimidad como factor de iluminación. ¿Por qué? Porque una mente agitada, monjes, es fácil de calmar mediante estos factores.

“Sin embargo, la atención consciente, monjes —declaro yo—, es útil en todo momento [1]”.

 


NOTA:

[1] Los Comentarios agregan la siguiente ilustración: “Ella [la atención consciente] es deseable en todas partes, como la sal o como un primer ministro versátil. Al igual que la sal realza el sabor de todos los condimentos, o un primer ministro versátil cumple con todas las tareas de Estado, así también la restricción de una mente agitada y la estimulación de una mente perezosa se logra mediante la atención consciente y, sin la atención consciente, esto no podría ser hecho”. (Cf. Bodhi, 2000:1910).

 


FUENTES:

“Aggisutta” en The World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/14S5/2/2.6/2.6.3 (13/05/2008)

Bhikkhu Bodhi (2000) “Fire” en The Connected Discourses of the Buda: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications.

Págs. 1605-1607.


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2009, 2020.