Algunas preguntas hechas con el presupuesto de la existencia de un «yo» no son válidas. El Buda muestra cómo habría que replantearlas para que conduzcan a la liberación.
En Savatthi. “Monjes, he aquí que existen cuatro tipos de alimentos que mantienen los seres que ya han llegado a existir o sostienen la existencia de aquellos que buscan todavía un lugar para nacer. ¿Cuáles cuatro? El alimento de la comida física, burda o refinada; en segundo lugar, el contacto; en tercer lugar, la volición intelectiva; en el cuarto lugar, la conciencia. Estos son los cuatro tipos de alimentos que mantienen los seres que ya han llegado a existir o sostienen la existencia de aquellos que todavía buscan un lugar para nacer.”
Cuando eso fue dicho, el venerable Moliyaphagguna dijo al Bienaventurado: “Venerable señor, ¿quién consume el alimento de la conciencia?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien consume’. Si yo dijera ‘Alguien consume’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién consume el alimento de la conciencia?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien consume’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿para qué [sirve] el alimento de la conciencia?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘El alimento de la conciencia es la condición para producir las futuras existencias. Cuando esto llega a suceder, surge la séxtuple base de los sentidos. Con la séxtuple base de los sentidos como condición, surge el contacto”.
“Venerable señor, ¿quién hace el contacto?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien hace el contacto’. Si yo dijera ‘Alguien hace el contacto’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién hace el contacto?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien hace el contacto’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición, por la cual surge el contacto?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘La séxtuple base de los sentidos es la condición por la cual surge el contacto. Con el contacto como condición, surge la sensación”.
“Venerable señor, ¿quién siente?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien siente’. Si yo dijera ‘Alguien siente’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién siente?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien siente’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición, por la cual surge la sensación?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘El contacto es la condición por la cual surge la sensación. Con la sensación como condición, surge el ansia”.
“Venerable señor, ¿quién ansía?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien ansía’. Si yo dijera ‘Alguien ansía’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién ansía?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien ansía’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición, por la cual surge el ansia?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘La sensación es la condición por la cual surge el ansia. Con el ansia como condición, surge el apego”.
“Venerable señor, ¿quién se apega?”
“Esta pregunta no es válida”, respondió el Bienaventurado. “Yo no digo: ‘Alguien se apega’. Si yo dijera ‘Alguien se apega’, entonces, en tal caso sería válida la pregunta ‘Venerable señor, ¿quién se apega?’ Pero, yo no hablo de esta forma. Siendo que yo no digo ‘Alguien se apega’, la pregunta válida debería ser: ‘Venerable señor, ¿cuál es la condición, por la cual surge el apego?’ Y la respuesta válida, en este caso, sería: ‘El ansia es la condición por la cual surge el apego. Con el apego como condición, surge la existencia. De la existencia como condición, surge el nacimiento. Del nacimiento como condición, surge la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Todo aquello, origina esta gran masa del sufrimiento.’
“Sin embargo, Phagguna, con la disminución y el cese de la séxtuple base de los sentidos, cesa el contacto. Con el cese del contacto, cesa la sensación. Con el cese de la sensación, cesa el ansia. Con el cese del ansia, cesa el apego. Con el cese del apego, cesa la existencia. Con el cese de la existencia, cesa el nacimiento. Con el cese del nacimiento, cesa la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la pena, la angustia y la desesperanza. Con todo aquello, cesa esta gran masa del sufrimiento.’
FUENTES:
Bhikkhu Bodhi (2000) “Moliyaphagguna” en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 541-542.
“Moliyaphaggunasuttam” en Chattha Sangayana. CD-Rom, Versión 3.
Thanissaro Bhikkhu [en línea] Phagguna Sutta: To Phagguna. (09/08/2006)
Traducido y editado por Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2008.