De DN 1 Brahmajala Sutta – Discurso de la red del Brahma
V. Sesenta y dos incorrectos puntos de vista
1. Puntos de vista acerca del futuro
b. Teoría de la no-conciencia después de la muerte
[3.1.] {78} “Monjes, hay algunos ascetas y brahmines que sostienen la teoría, según la cual, no existe la conciencia después de la muerte y lo hacen de ocho diferentes maneras. Pero, ¿sobre qué se basan estos ascetas y brahmines?
Incorrecto punto de vista nº 35 al nº 42
[3.2.] {79} “Monjes, hay algunos ascetas y brahmines que sostienen que después de la muerte, el ser es saludable, inconsciente y:
(1) material,
(2) inmaterial,
(3) ambas cosas: material e inmaterial,
(4) ninguno de los dos: ni material ni inmaterial,
(5) finito,
(6) infinito,
(7) ambas cosas: finito e infinito,
(8) ninguno de los dos: ni finito ni infinito,
[3.3.] {80} “Monjes, estas son las ocho diferentes maneras, en las que algunos ascetas y brahmines proclaman la teoría de la inconciencia después de la muerte. Y cualquier asceta o brahmín, monjes, que proclama esta teoría, lo hace siempre sobre la base de uno de estos ocho argumentos, ya que no hay otra manera de hacerlo.
[3.4.] “Ahora monjes, el Tathagata sabe que aquellos que llegan a tener estas conclusiones especulativas y persisten en ellas, tendrán éste y éste destino, que éstos serán los efectos y las futuras condiciones de sus vidas, como también de los que en ellos confían. Esto es lo que el Tathagata sabe y más que esto, porque no está apegado a semejantes saberes especulativos. Y no estando apegado, el Tathagata experimenta una perfecta paz. Y habiendo realmente entendido la forma de desaparecer y reaparecer de las sensaciones, su atracción y su peligro, como también el camino que lleva a liberarse de ellos, el Tathagata es liberado totalmente.
“Estas son, monjes, las otras cosas más profundas, más difíciles de ser descubiertas, difíciles de ser comprendidas, pero tranquilizadoras, dulces, no aptas para ser obtenidas mediante la mera lógica. Cosas sutiles, comprensibles sólo para los sabios. Estas cosas, monjes, el Tathagata, habiéndolas descubierto por sí mismo y habiéndolas visto cara a cara, ahora las proclama. Y son precisamente estas cosas, que pueden ser utilizadas por alguien que desee rectamente elogiar al Tathagata, de acuerdo a la verdad.