DN 16 Mahaparinibbana Sutta. Parte III: Renunciamiento de la voluntad de vivir

De DN 16 Mahaparinibbana Sutta – Discurso acerca de la Gran Liberación.

Los números entre corchetes y las partes principales obedecen al sistema de Rhys Davids de Pali Text Society, mientras que los números entre llaves y los títulos de los cuarenta capítulos, al de World Tipitaka Edition.

Parte III: Renunciamiento de la voluntad de vivir

Tabla de contenidos:

13. Nimittobhasakatha – Narración con el lenguaje indirecto

14. Marayacanakatha – Narración con la imploración del Mara

15. Ayusankharaossajjana – Renunciamiento al principio vital

16. Mahabhumicalahetu – Causas de los grandes terremotos

17. Atthaparisa – Ocho asambleas

18. Atthaabhibhayatana – Ocho campos del dominio

19. Atthavimokkha – Ocho liberaciones

20. Anandayacanakatha – Narración con la imploración de Ananda

13. Nimittobhasakatha – Narración con el lenguaje indirecto [Leer en pali]

[3.1.] {166} En esta ocasión, el Bienaventurado se levantó muy temprano, se vistió y tomando su cuenco y el hábito exterior, se fue a Vesali en busca de limosnas. Habiendo vuelto y comido, se dirigió al Venerable Ananda, diciendo: «Toma una estera, Ananda. Esta siesta, vamos a ir al santuario de Capala». – «Muy bien, Venerable Señor», respondió el Venerable Ananda y, llevando la estera, siguió los pasos del Bienaventurado.

[3.2.] {167} Y cuando el Bienaventurado llegó al santuario de Capala, se sentó en el asiento que estaba preparado para él. Después, llegó el Venerable Ananda quien, saludando al Bienaventurado respetuosamente, se sentó a un lado. Entonces el Bienaventurado dijo: «Ananda, la ciudad de Vesali es agradable, el santuario de Udena también es agradable, al igual que son agradables los santuarios de Gotamaka, Sattambaka, Bahuputta y Capala.

[3.3.] «Ananda, cualquiera que desarrolla las cuatro bases del poder espiritual, las practica frecuentemente y se establece en ellas, para quien estas bases se vuelven familiares, quien las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo deseara. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases del poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares, las entendió bien y las perfeccionó; ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese».

[3.4.] Pero el Venerable Ananda, no fue capaz de captar esta indirecta del Bienaventurado, esta señal tan clara. Y como su mente estaba influenciada por el Mara, no lo imploró: «Que el Bienaventurado continúe aquí por siglos, que el Bendito permanezca durante todo el periodo del mundo para el bien y la felicidad de las multitudes, por causa de su compasión, para el beneficio y felicidad de los devas y los seres humanos».

[3.5.] Y por segunda vez… Y por la tercera vez el Bienaventurado dijo: «Ananda, la ciudad de Vesali es agradable, el santuario de Udena también es agradable, al igual que son agradables los santuarios de Gotamaka, Sattambaka, Bahuputta y Capala.

«Ananda, cualquiera que desarrolla las cuatro bases del poder espiritual, las practica frecuentemente y se establece en ellas, para quien estas bases se vuelvan familiares, quien las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo desee. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases del poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares para él, las entendió bien y las perfeccionó; ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese».

Pero el Venerable Ananda, no fue capaz de captar esta indirecta del Bienaventurado, esta señal tan clara. Y como su mente estaba influenciada por el Mara, no lo imploró: «Qué el Bienaventurado continúe aquí por siglos, que el Bendito permanezca durante todo el periodo del mundo para el bien y la felicidad de las multitudes, por causa de su compasión, para el beneficio y felicidad de los devas y de los humanos».

[3.6.] Entonces, el Bienaventurado dijo: «Ananda, puedes retirarte ya y hacer lo que te parezca conveniente». «- Muy bien, Venerable Señor», respondió el Venarble Ananda y, levantándose de su asiento, saludó al Bienaventurado y se retiró, cuidando que el Bienaventurado quedara siempre a su derecha.

14. Marayacanakatha – Narración con la imploración del Mara [Leer en pali]

[3.7.] {168} Una vez Ananda se hubo retirado, el Mara, el Malvado se acercó al Bienaventurado. Permaneciendo de pie en un costado, se dirigió al Bienaventurado con estas palabras: «Venerable Señor, ahora es el tiempo para que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor.

«Alguna vez, el Bienaventurado dijo: ‘Malvado, yo no pasaré al Nibbana final hasta que tenga monjes y monjas, seguidores laicos y seguidoras laicas que sean verdaderos discípulos, bien entrenados, sabios, capaces de preservar el Dhamma, que vivan de acuerdo al Dhamma, que perduren en una conducta adecuada y que, al aprender las palabras del Maestro, sean aptos de exponerlas, predicarlas, proclamarlas, establecerlas, revelarlas, explicarlas en detalle y hacerlas claras, de tal manera que, cuando surjan las opiniones adversas, sean capaces de refutarlas meticulosamente y predicar este convincente y liberador Dhamma’.

[3.8.] «Ahora bien, Venerable Señor, los monjes y las monjas, los seguidores laicos y las seguidoras laicas llegaron a ser sus verdaderos discípulos, justo de la manera como lo quiso. De modo que, Venerable Señor, ahora es el tiempo para que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor.

«Además, alguna vez el Bienaventurado dijo: ‘Malvado, yo no pasaré al Nibbana final hasta que esta vida santa sea enseñada por mí de tal manera que llegue a ser exitosa, que prospere y tenga renombre, que sea popular y extendida, bien proclamada a los seres humanos y las divinidades’.

«Ahora bien, Venerable Señor, esta vida santa ha sido enseñada justo de la manera como lo quiso. De modo que, venerable señor, ahora es el tiempo para que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor».

[3.9.] Dicho esto, el Bienaventurado habló al Mara, el Malvado: «No te turbes a ti mismo, Malvado. No demorará mucho tiempo para que el Tathagata alcance su Nibbana final. No más que en tres meses, el Tathagata habrá alcanzado el Parinibbana».

15. Ayusankharaossajjana – Renunciamiento al principio vital [Leer en pali]

[3.10.] {169} En esta ocasión, en el santuario de Capala, el Bienaventurado, conscientemente atento y con plena comprensión, renunció a su voluntad de vivir. Cuando esto ocurrió, se escuchó un gran temblor de la tierra, terrible y estupefacto, acompañado de truenos que rodaban desde los cielos. Entonces el Bienaventurado, observando esto con entendimiento, compuso los siguientes versos:

Lo que causa la vida, sin límites ni confinamientos,

Su proceso de nacimientos -esto es a lo que el Sabio

Renuncia. Con calma interior y dicha, destruye,

Como la cota de malla, la causa de su propia vida.

16. Mahabhumicalahetu – Causas de los grandes terremotos [Leer en pali]

[3.11.] {170} Entonces, este pensamiento surgió en la mente del Venerable Ananda: «¡Esto es realmente maravilloso y asombroso! ¡La tierra ha sido sacudida poderosa y tremendamente! ¡Es terrible y estupefacto ver cómo los truenos ruedan desde los cielos! ¿Cuál podría ser la razón? ¿Cuál es la causa de este poderoso terremoto?»

[3.12.] Entonces, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado y, saludándolo respetuosamente, se sentó a un lado y dijo: «¡Realmente, esto fue maravilloso y asombroso! ¡La tierra ha sido sacudida poderosa y tremendamente! ¡Es terrible y estupefacto ver cómo los truenos ruedan desde los cielos! ¿Cuál podría ser la razón? ¿Cuál es la causa de este poderoso terremoto?»

[3.13.] {171} A esto, el Bienaventurado respondió: «Hay ocho razones, Ananda, ocho causas de un terremoto poderoso. Y ¿cuáles son estas causas?

«Esta gran tierra, Ananda, está fundada sobre el líquido, el líquido, a su vez, sobre la atmósfera y ésta sobre el espacio. Entonces, Ananda, cuando tienen lugar unos poderosos disturbios atmosféricos, el líquido se agita. Y con el líquido agitado, surgen temblores en la tierra. Esta es la primera razón, la primera causa de los poderosos terremotos.

[3.14.] «Además, Ananda, cuando un asceta o un hombre santo de gran poder, alguien que alcanza la maestría de su mente, o una deidad que es fuerte y poderosa, desarrolla una intensa concentración, en la cual el elemento de la tierra es débil, mientras que el elemento líquido es inconmensurable, también causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la segunda razón, la segunda causa de los poderosos terremotos.

[3.15.] «Además, Ananda, cuando el Bodhisatta desciende del cielo Tusita conscientemente atento y con clara comprensión al útero materno, también esto causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la tercera razón, la tercera causa de los poderosos terremotos.

[3.16.] «Además, Ananda, cuando el Bodhisatta emerge, conscientemente atento y con clara comprensión, del útero materno, también esto causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la cuarta razón, la cuarta causa de los poderosos terremotos.

[3.17.] «Una vez más, Ananda, cuando el Tathagata alcanza el insuperable despertar, conscientemente atento y con clara comprensión, esto también causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la quinta razón, la quinta causa de los poderosos terremotos.

[3.18.] «Además, Ananda, cuando el Tathagata pone en movimiento la Rueda del Dhamma, conscientemente atento y con clara comprensión, esto también causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la sexta razón, la sexta causa de los poderosos terremotos.

[3.19.] «Además, Ananda, cuando el Tathagata, conscientemente atento y con clara comprensión, renuncia a su voluntad de vivir, esto también causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la séptima razón, la séptima causa de los poderosos terremotos.

[3.20.] «Además, Ananda, cuando el Tathagata alcanza el Nibbana final, sin que permanezca elemento alguno de apego, también esto causa que la tierra tiemble, se agite y se sacuda. Esta es la octava razón, la octava causa de los poderosos terremotos.

«Estas son las ocho razones, Ananda, las ocho causas de un terremoto poderoso».

17. Atthaparisa – Ocho asambleas [Leer en pali]

[3.21.] {172} «Ahora bien, Ananda, hay también ocho tipos de asambleas, que son las siguientes: la asamblea de los nobles, la asamblea de los brahmanes, la asamblea de los hombres hogareños, la asamblea de los ascetas, la asamblea de los Cuatro Grandes Reyes, la asamblea de los treinta y tres dioses, la asamblea de los Maras y la asamblea de los Bramas.

[3.22.] «Yo me acuerdo bien, Ananda, que he asistido a cada una de estas ocho asambleas centenares de veces. Antes de sentarme e iniciar la conversación o la discusión, hacía que mi apariencia fuera semejante a la de ellos, como también mi voz, a la de su voz. Y luego, les enseñaba el Dhamma, elevándolos, edificándolos y regocijándolos. Mientras hablaba así, ellos aún no me conocían, entonces se preguntaban uno al otro: ‘¿Quién es aquél que nos habla de este modo? ¿Es humano o divino?’

[3.23.] «Luego, habiéndoles enseñado el Dhamma, habiéndoles elevado, edificado y regocijado, inmediatamente desaparecía de ahí. Pero aún cuando ya había desaparecido, ellos todavía no me conocieron y siguieron preguntándose uno al otro: ‘¿Quién es aquél que nos hablaba de este modo? ¿Es humano o divino?’

«Éstas son, Ananda, las ocho asambleas».

18. Atthaabhibhayatana – Ocho campos del dominio [Leer en pali]

[3.24.] {173} «También, Ananda, hay estos ocho campos de dominio. ¿Cuáles son estos ocho?

[3.25.] «Cuando alguien, percibiendo las formas internamente, ve las formas externas limitadas, tanto las bellas como las feas, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el primer campo de dominio.

[3.26.] «Cuando alguien, percibiendo las formas internamente, ve las formas externas ilimitadas, tanto las bellas como las feas, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el segundo campo de dominio.

[3.27.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas limitadas, tanto las bellas como las feas, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el tercer campo de dominio.

[3.28.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas ilimitadas, tanto las bellas como las feas, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el cuarto campo de dominio.

[3.29.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas que son azules, de color azul, del brillo azul como la flor del lino o como la delicada muselina de Benares, la cual bruñida de ambos lados, es azul, de color azul y de brillo azul. Cuando alguien ve las formas externas de semejante manera, como azules, de color azul, del brillo azul, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el quinto campo de dominio.

[3.30.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas que son amarillas, de color amarillo, del brillo amarillo como la flor kannikara o como la delicada muselina de Benares, la cual bruñida de ambos lados, es amarilla, de color amarillo y de brillo amarillo. Cuando alguien ve las formas externas de semejante manera, como amarillas, de color amarillo, del brillo amarillo, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el sexto campo de dominio.

[3.31.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas que son rojas, de color rojo, del brillo rojo como la flor bandhujivaka o como la delicada muselina de Benares, la cual bruñida de ambos lados, es roja, de color rojo y de brillo rojo. Cuando alguien ve las formas externas de semejante manera, como rojas, de color rojo, del brillo rojo, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el séptimo campo de dominio.

[3.32.] «Cuando alguien, no percibiendo las formas internamente, ve las formas externas que son blancas, de color blanco, del brillo blanco como la estrella de la mañana o como la delicada muselina de Benares, la cual bruñida de ambos lados, es blanca, de color blanco y de brillo blanco. Cuando alguien ve las formas externas de semejante manera, como blancas, de color blanco, del brillo blanco, se convierte en experto en estar consciente de lo que conoce y ve. Éste es el octavo campo de dominio.

«Éstos son, Ananda, los ocho campos del dominio».

19. Atthavimokkha – Ocho liberaciones [Leer en pali]

[3.33.] {174} «También, Ananda, hay estas ocho liberaciones. ¿Cuáles son estas ocho?

«Poseyendo sus propias formas, uno percibe las formas. Esta es la primera liberación.

«Ignorando sus propias formas, uno las percibe como externos a sí mismo. Esta es la segunda liberación.

«Experimentando la belleza, uno queda absorto en ella. Esta es la tercera liberación.

«Trascendiendo completamente la percepción material, haciendo desaparecer la percepción de las reacciones sensoriales, y poniendo atención en la diversidad perceptiva, uno llega a ser consciente de la esfera del espacio infinito, la alcanza y permanece en ella. Esta es la cuarta liberación.

«Trascendiendo completamente la esfera del espacio infinito, uno llega a ser consciente de la esfera de la consciencia infinita, la alcanza y permanece en ella. Esta es la quinta liberación.

«Trascendiendo completamente la esfera de la consciencia infinita, uno llega a ser consciente de la esfera de la nada, la alcanza y permanece en ella. Esta es la sexta liberación.

«Trascendiendo completamente la esfera de la nada, uno llega a ser consciente de la esfera de la ni-percepción-ni-no-percepción, la alcanza y permanece en ella. Esta es la séptima liberación.

«Trascendiendo completamente la esfera de la ni-percepción-ni-no-percepción, uno alcanza y permanece en el cese de la percepción y sensación. Esta es la octava liberación.

«Éstas son, Ananda, las ocho liberaciones».

[3.34.] {175} «En una ocasión, Ananda, un poco después de mi despertar, me quedé en la ciudad de Uruvela, a la orilla del río Nerañjara, debajo del bananero de los guardacabras. Entonces, el Mara, el Malvado se acercó a mí y me dijo: ‘Venerable Señor, ahora es el tiempo que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor’.

[3.35.] «Entonces, Ananda, respondí al Mara, al Malvado con estas palabras: ‘Malvado, yo no pasaré al Nibbana final hasta que tenga monjes y monjas, seguidores laicos y seguidoras laicas que sean verdaderos discípulos, bien entrenados, sabios, capaces de preservar el Dhamma, que vivan de acuerdo al Dhamma, que perduren en una conducta adecuada y que, al aprender las palabras del Maestro, sean aptos de exponerlas, predicarlas, proclamarlas, establecerlas, revelarlas, explicarlas en detalle y hacerlas claras, de tal manera que cuando surjan las opiniones adversas, sean capaces de refutarlas meticulosamente y predicar este convincente y liberador Dhamma’.

«‘Malvado, yo no pasaré al Nibbana final hasta que esta vida santa sea enseñada por mí de tal manera que llegue a ser exitosa, que prospere y tenga renombre, que sea popular y extendida, bien proclamada a los seres humanos y a los dioses.’

[3.36.] {176} «Y otra vez, Ananda, hoy en el santuario de Capala, el Mara, el Malvado se acercó a mí y me dijo: ‘Venerable Señor, los monjes y las monjas, los seguidores laicos y las seguidoras laicas llegaron a ser sus verdaderos discípulos, bien entrenados, sabios, capaces de preservar el Dhamma; ellos viven de acuerdo al Dhamma, perduran en una conducta adecuada y, al aprender las palabras del Maestro, son aptos de exponerlas, predicarlas, proclamarlas, establecerlas, revelarlas, explicarlas en detalle y hacerlas claras, de tal manera que cuando surgen las opiniones adversas, son capaces de refutarlas meticulosamente y predicar este convincente y liberador Dhamma. De modo que, Venerable Señor, ahora es el tiempo que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor.

‘También, Venerable Señor, esta vida santa ha sido enseñada por el Bienaventurado de tal manera que llegó a ser exitosa, prosperó y tiene renombre, es popular y extendida, bien proclamada a los seres humanos y a los dioses. De modo que, Venerable Señor, ahora es el tiempo que el Bienaventurado alcance su Nibbana final; que el Bienhechor haga su último paso; llegó el momento para el Parinibbana, Venerable Señor’.

[3.37.] {177} «Entonces, Ananda, respondí al Mara, el Malvado de esta manera: ‘No te turbes a ti mismo, Malvado. No demorará mucho tiempo para que el Tataghata alcance su Nibbana final. No más que en tres meses, el Tataghata habrá alcanzado el Parinibbana’.

«De esta manera, Ananda, hoy en el santuario de Capala el Tataghata renunció a su voluntad de vivir».

20. Anandayacanakatha – Narración con la imploración de Ananda [Leer en pali]

[3.38.] {178} Entonces, el Venerable Ananda dijo: «Qué el Bienaventurado continúe aquí por siglos, que el Bendito permanezca durante todo el periodo del mundo para el bien y la felicidad de las multitudes, por causa de su compasión, para el beneficio y felicidad de las divinidades y los seres humanos».

«¡Basta, Ananda! No implores más al Tathagata, pues el tiempo no es apropiado para esto».

[3.39] Pero Ananda repitió su imploración por la segunda y la tercera vez.

«Ananda, ¿tienes fe en el despertar del Tataghata?» – «Sí, bienaventurado señor». – «Entonces, ¿por qué persistes repitiendo tu solicitud tres veces?»

[3.40.] Entonces, el Venerable Ananda respondió al Bienaventurado: «Es que, venerable señor, yo escuché esto y lo aprendí del Bienaventurado, cuando el Bienaventurado me lo dijo a mí: ‘cualquiera que desarrolla las cuatro bases del poder espiritual, las practica frecuentemente, se establece en ellas, las mismas se vuelven para él familiares, las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo desease. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases para el poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares para él, las entendió bien y las perfeccionó, ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese'».

«¿Y tú lo crees así, Ananda?» – «Sí, señor, lo creo así».

«Entonces, Ananda, la culpa es tuya. Realmente, has fallado, Ananda, puesto que no fuiste capaz de captar una sencilla sugerencia, no entendiste el significado de una indirecta hecha por el Tataghata y no lo imploraste para que continúe aquí por siglos. Si lo hubieses hecho, Ananda, el Tataghata hubiese rehusado tu solicitud dos veces, pero en la tercera vez, hubieses sido consentido. Así que, Ananda, la culpa es tuya. Realmente, has fallado.

[3.41.] {179} «Una vez, Ananda, cuando estuve en Rajagaha, en el Pico del Buitre, te dije lo siguiente: ‘la ciudad de Rajagaha es agradable, el Pico de Buitre también es agradable. Ananda, cualquiera que desarrolla las cuatro bases para el poder espiritual las practica frecuentemente, se establece en ellas, las mismas se vuelven para él familiares, las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo desease. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases para el poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares para él, las entendió bien y las perfeccionó, ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese'».

[3.42.] {180} «Otra vez, Ananda, cuando estuve en la arboleda de los Bananos…, en el Acantilado de los Ladrones…, en la Cueva de Sattapanni de las montañas Vebhara…, en la Roca Negra de Isigili…, en el Charco de las Serpientes del Fresco Bosque…, en la arboleda de Tapoda…, en la arboleda de los Bambúes del lugar donde buscan su comida las ardillas…, en la arboleda de los Mangos de Jivaka…, en el Pequeño Rincón del Parque de los Venados…,

[3.43.] Te hablaba, Ananda, en todos estos lugares con las mismas palabras: ‘la ciudad de Rajagaha es agradable, Ananda, agradables también son todos estos lugares.

[3.44.] Ananda, cualquiera que desarrolla las cuatro bases del poder espiritual las practica frecuentemente, se establece en ellas, las mismas se vuelven para él familiares, las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo desease. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases para el poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares para él, las entendió bien y las perfeccionó, ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese'».

«Pero tú, Ananda, no fuiste capaz de captar una sencilla sugerencia, no entendiste el significado de una indirecta hecha por el Tathagata y lo imploraste para que continúe aquí por siglos. Si lo hubieses hecho, Ananda, el Tataghata hubiese rehusado tu solicitud dos veces, pero en la tercera vez, hubieses sido consentido. Así que, Ananda, la culpa es tuya. Realmente, has fallado.

[3.45-47.] {181-182} «Así también, Ananda, en Vesali el Tathagata en diferentes ocasiones te habló de este mismo modo: ‘la ciudad de Vesali es agradable, también son agradables los santuarios de Udena, Gotamaka, Sattambaka, Bahuputta, Sarandaba y Capala. Ananda, cualquiera que desarrolla las cuatro bases para el poder espiritual las practica frecuentemente, se establece en ellas, las mismas se vuelven para él familiares, las entiende bien y las perfecciona, ciertamente podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo desease. Y el Tathagata, Ananda, desarrolló las cuatro bases para el poder espiritual, las practicó frecuentemente, se estableció en ellas, las mismas se le volvieron familiares para él, las entendió bien y las perfeccionó, ciertamente, entonces, el Tathagata podría vivir durante siglos o extender su vida hasta el fin de un periodo del mundo, si así lo quisiese'».

«Pero tú, Ananda, no fuiste capaz de captar una sencilla sugerencia, no entendiste el significado de una indirecta hecha por el Tataghata y lo imploraste para que continúe aquí por siglos. Si lo hubieses hecho, Ananda, el Tataghata hubiese rehusado tu solicitud dos veces, pero en la tercera vez, hubieses sido consentido. Así que, Ananda, la culpa es tuya. Realmente, has fallado.

[3.48.] {183} «Más aún, Ananda, ¿no estaba yo enseñando desde el comienzo que aquello que es querido y amado tiene que ser cambiado, separado y roto? Todo lo que ha nacido, ha llegado a ser, está compuesto y sujeto a la descomposición. ¿Cómo podría alguien decir: ‘¡que esto no llegue a disolverse!’? No podría ocurrir semejante cosa. Y esto es, Ananda, lo que el Tataghata ha concluido, a lo que ha renunciado, lo que ha dejado, abandonado y rechazado: su voluntad de vivir. La palabra del Tataghata ha sido dicha de una vez para siempre: ‘No demorará mucho tiempo para que el Tataghata alcance su Nibbana final. No más que en tres meses, el Tataghata habrá alcanzado el Parinibbana’. Es imposible que el Tataghata retire sus propias palabras para seguir viviendo.

«Ahora, Ananda, vayamos a la entrada de la Casa del Aguilón en el Gran Bosque». «- Así sea, Venerable Señor», respondió el Venerable Ananda.

[3.49.] Entonces, el Bienaventurado y el Venerable Ananda fueron a la entrada de la Casa de Aguilón, en el Gran Bosque. Y estando ahí, el Bienaventurado se dirigió al Venerable Ananda con estas palabras: «Ve, Ananda, y convoca una reunión de los monjes que viven en cercanías de Vesali, en el auditorio».

«Así sea, señor». Y el Venerable Ananda, convocó a todos los monjes que estaban en cercanías de Vesali y los reunió en el auditorio. Entonces, acercándose al Bienaventurado y saludándolo respetuosamente se colocó a un lado y dijo: «La comunidad de los monjes está reunida, Venerable Señor. Que el Bienaventurado haga ahora lo que mejor le parezca».

[3.50.] {184} Acto seguido, el Bienaventurado entró en el auditorio y tomó el asiento preparado para él y exhortó a los monjes con estas palabras: «Monjes, aquellas enseñanzas que había descubierto y proclamado, deben ser bien aprendidas por vosotros; deben ser practicadas, desarrolladas y cultivadas, de manera tal, que esta vida santa perdure por largo tiempo, para el beneficio y la felicidad de las multitudes, por causa de la compasión por el mundo, para el beneficio de los seres humanos y las divinidades.

«¿Y cuáles son estas enseñanzas? Los cuatro fundamentos de la atención consciente, los cuatro correctos esfuerzos, las cuatro bases del poder espiritual, las cinco facultades, los cinco poderes espirituales, los siete factores del despertar y el Óctuple Noble Sendero. Monjes, estas son las enseñanzas que he descubierto y proclamado, y que deben ser bien aprendidas por vosotros; deben ser practicadas, desarrolladas y cultivadas, de manera tal, que esta vida santa perdure por largo tiempo, para el beneficio y la felicidad de las multitudes, por causa de la compasión por el mundo, para el beneficio de los seres humanos y las divinidades».

[3.51.] {185} Después, el Bienaventurado dijo esto a los monjes: «Monjes, esto es lo que os exhorto: Todas las cosas condicionadas tienen naturaleza perecedera. Esforzaos incansablemente. No demorará mucho tiempo para que el Tataghata alcance su Nibbana final. No más que en tres meses, el Tataghata habrá alcanzado el Parinibbana».

Y cuando dijo estas palabras, el Bienaventurado, el Maestro, una vez más se dirigió a los monjes:

Mis años han alcanzado la plena madurez, el espacio vital que me queda, es corto.

Estoy partiendo de vosotros, poniendo la única confianza en mí mismo.

Seáis, pues, fervientes, oh monjes, seáis conscientes y puros.

Con firme resolución, guardad vuestra propia mente.

Quienes incansablemente siguen al Dhamma y la Disciplina

Traspasarán el interminable ciclo de nacimientos y pondrán fin al sufrimiento.


FUENTES:

«Mahaparinibbanasutta» [en línea] en World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/7D/3 (13/05/2008).

HERMANA VAJIRA y Francis STORY [en línea]. «Maha-parinibbana Sutta: Last Days of the Buddha «. (18/06(2006).

THANISSARO BHIKKHU [en línea]. «Maha-Parinibbana Sutta: The Great Discourse on the Total Unbinding » (fragmentos) Partes V y VI. (18/06/2006).

WALSHE, Maurice. «Mahaparinibbana Sutta: The great Passing. The Buddha’s Last Days». En «The Long Discourses of the Buddha: A Translation of the Digha Nikaya «. Boston, Wisdom Publications. Págs. 231-277.


Traducido y editado por Isidatta para Bosque Theravada © 2008

Revisado y corregido por Upasika

Edición de Bosque Theravada © 2008 © 2010

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