AN 1,41-50 Panihitaacchavagga – Capítulo con la espiga

El Buda usa símiles de diversas clases para explicar en qué consisten las diferentes cualidades mentales como la pureza, el cultivo, la atención, flexibilidad y otras.


[Leer en pali]

[41] “Imaginad, monjes, que se presionara con la mano o con el pie a una espiga de arroz del monte o de cebada que estuviera mal direccionada. Entonces, monjes, sería imposible que la misma perforara la mano o el pie y derrama sangre. Y,  ¿por qué no? Porque la espiga está mal direccionada.

“De la misma manera, monjes, sería imposible que el monje con una mente mal direccionada perforase la ignorancia, hiciese surgir el verdadero conocimiento o realizase el Nibbana. Y, ¿por qué no? Porque su mente está mal direccionada.

[42] “Imaginad, monjes, que se presionara con la mano o con el pie a una espiga de arroz del monte o de cebada que estuviera bien direccionada. Entonces, monjes, sería posible que la misma perforara la mano o el pie y derrama sangre. Y,  ¿por qué sí? Porque la espiga está bien direccionada.

“De la misma manera, monjes, sería posible que el monje con una mente bien direccionada perforase la ignorancia, hiciese surgir el verdadero conocimiento y realizase el Nibbana. Y, ¿por qué sí? Porque su mente está bien direccionada.

[43] “He aquí, monjes, habiendo abarcado la mente de una persona mentalmente corrompida con mi propia mente, comprendí que si esa persona muriese en este momento, sería llevada y depositada en el infierno. Y, ¿por qué así? Porque su mente está corrompida. Es por las corrupciones mentales que, con el quiebre del cuerpo después de la muerte, algunos seres de aquí renacen en el plano de miseria, en el mal destino, en el mundo bajo, en el infierno.

[44] “He aquí, monjes, habiendo abarcado la mente de una persona mentalmente apacible con mi propia mente, comprendí que si esa persona muriese en este momento, sería llevada y depositada en el cielo. Y, ¿por qué así? Porque su mente es apacible. Es por la placidez mental que, con el quiebre del cuerpo después de la muerte, algunos seres de aquí renacen en el buen destino, en el mundo celestial.

[45] “Imaginad, monjes, a un estanque de agua que fuese agitada, turbia y fangosa. Entonces, si un hombre se parase en la orilla, aún si tuviera buena vista, no podría ver las conchas, la gravilla, las piedritas, ni las escamas de los peces que nadan ahí y descansan. Y, ¿por qué no? Porque el agua es turbia.

“De la misma manera, monjes, es imposible para el monje con la mente turbia conocer su propio bien, el bien de los demás ni el bien de ambos, tampoco [le es posible] realizar la sobrehumana distinción en el conocimiento y la visión, digno de los nobles. Y, ¿por qué no? Porque su mente es turbia.

[46] “Imaginad, monjes, a un estanque de agua que fuese clara, serena y limpia. Entonces, si un hombre se parase en la orilla y tuviese buena vista, podría ver las conchas, la gravilla, las piedritas y las escamas de los peces que nadan ahí y descansan. Y, ¿por qué sí? Porque el agua está limpia.

“De la misma manera, monjes, es posible para el monje con la mente limpia conocer su propio bien, el bien de los demás y el bien de ambos, también [le es posible] realizar la sobrehumana distinción en el conocimiento y la visión, digno de los nobles. Y, ¿por qué sí? Porque su mente está limpia.

[47] “Monjes, así como el sándalo es declarado el mejor entre los diferentes tipos de árboles con respecto a su flexibilidad, maleabilidad y desarrollo, de la misma manera, no veo otra cosa particular alguna que conduzca mejor, cuando es desarrollada y cultivada, a la flexibilidad y desarrollo, que la mente. La mente desarrollada y cultivada es flexible y maleable.

[48] “Monjes, yo no veo otra cosa particular alguna que cambie tan rápidamente como la mente. Es muy difícil encontrar un símil para ilustrar qué tan rápido cambia la mente.

[49] “Luminosa, monjes, es la mente, pero está contaminada por las impurezas que vienen de afuera.

[50] “Luminosa, monjes, es la mente, cuando se purifica de las impurezas que vienen de afuera.


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). Introduction en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 17-74  

“Rupadivagga” en World Tipitaka Edition

Woodward, F.L. (2001). The Book of the Gradual sayings” Vol. I: Ones, Twos, Threes. Lancaster: Pali Text Society.


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2008, 2012.