MN 22 Alagaddupama Sutta – Discurso con el símil de la serpiente

En un monje, de nombre Arittha, apareció la perniciosa idea, según la cual, la conducta prohibida por el Buda, en realidad, no constituye una obstrucción. El Buda le dirige una reprimenda y, con una serie de memorables símiles, subraya el peligro del mal uso y mala interpretación del Dhamma. El sutta termina con una impresionante disquisición sobre la ausencia del “yo”.

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Los subtítulos corresponden a la edición Nanamoli-Bodhi

Tabla de contenidos:

 


[Leer en pali]

[Escenario]

[1] Esto he escuchado. En cierta ocasión el Bienaventurado estaba en Savatthi, en la arboleda de Jeta, en el Parque de Anathapindika.

[2] En esa ocasión, en un monje de nombre Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar buitres, surgió el siguiente pernicioso punto de vista: “Aunque el Bienaventurado hubo enseñado acerca de las llamadas ‘obstrucciones’, tal como yo entiendo esta enseñanza, estas cosas no necesariamente tienen que ser obstáculos para quienes se entreguen a ellas”.

[3] Y varios monjes, al escuchar acerca de esto, se acercaron al monje Arittha, quien anteriormente se dedicaba a matar buitres, y le preguntaron: “¿Es cierto, amigo Arittha, que surgió en ti este pernicioso punto de vista: ‘Aunque el Bienaventurado hubo enseñado acerca de las llamadas «obstrucciones», tal como yo entiendo esta enseñanza, estas cosas no necesariamente tienen que ser obstáculos para quienes se entreguen a ellas’?”

“Así es, amigos. Efectivamente yo mantengo el punto de vista, según el cual las obstrucciones, acerca de las cuales hubo enseñado el Bienaventurado, en realidad no pueden ser obstáculos para alguien que se entregue a ellas”.

Entonces, aquellos monjes deseosos de persuadir a Arittha para que abandone este pernicioso punto de vista, lo presionaban, cuestionaban y exhortaban de esta forma: “No digas esto, amigo Arittha, no digas así. No malinterpretes las palabras del Bienaventurado. No es correcto tergiversarlas de esta manera. Nunca, el Bienaventurado hubiese podido decir semejante cosa. Por el contrario, de diferentes maneras el Bienaventurado enseñaba sobre las obstrucciones como cosas que necesariamente se convierten en obstáculos para alguien que se entrega a ellas. Él dijo también que los deseos sensoriales ofrecen muy poca gratificación, y causan gran insatisfacción y gran desilusión. El peligro que ellos representan es aún mayor. Los deseos sensoriales, dijo además el Bienaventurado, son como los huesos desnudos, como un bulto de carne, como la antorcha de paja, como el pozo con carbones ardientes, como un sueño, como un árbol con frutos amargos, como la cuchilla del carnicero, como la lanza y la espada, como la cabeza de la serpiente [1]. Todos estos símiles usó el Bienaventurado para enseñar que los deseos sensoriales ofrecen muy poca gratificación, y causan gran insatisfacción y gran desilusión. El peligro que ellos representan es aún mayor”.

Sin embargo, aunque el monje Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar los cuervos, fue así presionado, cuestionado y exhortado, permaneció obstinadamente adherido a su pernicioso punto de vista.

[4] Cuando los monjes se dieron cuenta de que no iban a poder persuadir al monje Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar cuervos, que abandonara este pernicioso punto de vista, se fueron junto al Bienaventurado, a quien saludaron respetuosamente y se sentaron a un lado. Estando sentado ahí, le relataron todo lo ocurrido agregando: “Venerable señor, ya que no pudimos persuadir al monje Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar cuervos, que abandonara este pernicioso punto de vista, vinimos a reportar este hecho al Bienaventurado”.

[5] Entonces, el Bienaventurado se dirigió a un monje con estas palabras: “Ve, monje, y di al monje Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar cuervos, lo siguiente: ‘Amigo, el Maestro te llama’.  -“Sí, señor”, respondió el monje y fue junto al monje Arittha, a quien dijo: “Ven, amigo Arittha, el Maestro te llama”.  -“Sí, amigo”, respondió el monje Arittha y fue a encontrarse con el Bienaventurado. Al llegar ahí, lo saludó respetuosamente y se sentó a un lado. Cuando ya estaba sentado ahí, el Bienaventurado se dirigió a él con estas palabras:

“¿Es cierto, Arittha, que surgió en ti este pernicioso punto de vista: ‘Aunque el Bienaventurado hubo enseñado acerca de las llamadas «obstrucciones», tal como yo entiendo esta enseñanza, estas cosas no necesariamente tienen que ser obstáculos para quien se entregue a ellas’?” – “Así es, venerable señor. Efectivamente yo mantengo el punto de vista, según el cual las obstrucciones, acerca de las cuales hubo enseñado el Bienaventurado, en realidad no pueden ser obstáculos para alguien que se entregue a ellas”.

[6] “Oh hombre estúpido; ¿Quién te habrá dicho que yo enseñaba de semejante forma? Acaso, ¿no había yo enseñado, por el contrario, hombre estúpido, de diferentes maneras sobre las obstrucciones como cosas que necesariamente se convierten en obstáculos para alguien que se entregue a ellas? Los deseos sensoriales, así lo he dicho, ofrecen muy poca gratificación, y causan mucho sufrimiento y gran desilusión. El peligro que ellos representan es mayor. Los deseos sensoriales, dije también, son como los huesos desnudos, como un bulto de carne, como la antorcha de paja, como el pozo con carbones ardientes, como un sueño, como un árbol con frutos amargos, como la cuchilla del carnicero, como la lanza y la espada, como la cabeza de la serpiente. Todos estos símiles usé para enseñar que los deseos sensoriales ofrecen muy poca gratificación, y causan mucho sufrimiento y gran desilusión. El peligro que ellos representan es mayor. Pero tú, hombre estúpido, lo has tergiversado mediante tu propia mala interpretación, por lo cual te dañaste a ti mismo y debilitaste tu propio futuro, que será doloroso, por la cantidad de acciones demeritorias que acumulaste”.

[7] Entonces, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: “Monjes, ¿qué pensáis vosotros: existe, aunque sea tan pequeña como una chispa, algo de sabiduría en la enseñanza que sostiene Arittha, el que anteriormente se dedicaba a matar cuervos?”

“Ciertamente no, venerable señor. ¿Cómo podría existir, señor?”

Al escuchar estas palabras, Arittha, que anteriormente se dedicaba a matar cuervos, bajó los brazos, inclinó la cabeza y permaneció en silencio, apesadumbrado y confundido.

Entonces el Bienaventurado, viendo que Arittha bajó los brazos e inclinó la cabeza, permaneciendo silencioso, apesadumbrado y confundido, se dirigió a él con estas palabras: “Hombre estúpido, por tu propio pernicioso punto de vista serás reconocido. Y, acerca de este tema, tengo una pregunta a los monjes”.

[8] Acto seguido, el Bienaventurado se dirigió a los monjes con estas palabras: “Monjes, ¿tenéis vosotros el mismo entendimiento del Dhamma por mí enseñado, que tiene este monje Arittha, el que anteriormente se dedicaba a matar cuervos y que, luego, ha tergiversado mis palabras mediante su propia mala interpretación, por lo cual causó daño a sí mismo y debilitó su propio futuro, que será doloroso, por la cantidad de acciones demeritorias que acumuló?”

“Ciertamente, no, señor. En diferentes maneras el Bienaventurado enseñaba sobre las obstrucciones como cosas que necesariamente se convierten en obstáculos para alguien que se entregue a ellas. Los deseos sensoriales, así él ha dicho, ofrecen muy poca gratificación, y causan mucho sufrimiento y gran desilusión. El peligro que ellos representan es mayor. Los deseos sensoriales, dijo también el Bienaventurado, son como los huesos desnudos, como un bulto de carne, como la antorcha de paja, como el pozo con carbones ardientes, como un sueño, como un árbol con frutos amargos, como la cuchilla del carnicero, como la lanza y la espada, como la cabeza de la serpiente. Todos estos símiles usó el Bienaventurado para enseñar que los deseos sensoriales ofrecen muy poca gratificación, y causan mucho sufrimiento y gran desilusión. El peligro que ellos representan es mayor”.

“Bien, monjes. Es bueno que entendáis el Dhamma, por mí enseñado, de esta forma. En diferentes maneras yo enseñaba sobre las obstrucciones… [se repite el contenido del párrafo anterior] … El peligro que ellos representan es mayor. Pero, este monje Arittha, el que anteriormente se dedicaba a matar cuervos y que, luego, ha tergiversado mis palabras mediante su propia mala interpretación, causó daño a sí mismo y debilitó su propio futuro, que será doloroso, por la cantidad de acciones demeritorias que acumuló. Esto, por largo tiempo, va a traer a este hombre estúpido mucho sufrimiento.

[9] “Monjes, ciertamente es imposible que alguien que se entrega a los placeres sensuales, lo haga sin tener deseos sensuales, sin tener las percepciones de los deseos sensuales, ni sin tener los pensamientos sobre los deseos sensuales”.

[Símil de la serpiente]

[10] “Monjes, existen hombres estúpidos que estudian el Dhamma –los discursos, las narraciones, las exposiciones, los versos, las exclamaciones, los dichos, las historias de nacimientos, los eventos asombrosos, las preguntas y respuestas- pero, habiendo estudiado el Dhamma, no examinan con sabiduría el significado de estas enseñanzas. Para aquellos que no examinan con sabiduría el significado de las enseñanzas, el Dhamma no puede ser reflexivamente aceptado y, entonces, sólo les sirve para criticar a otros o para ganar algún debate, pero no pueden realmente experimentar el propósito con el cual este Dhamma ha sido enseñado. Estas enseñanzas, siendo erróneamente aprehendidas por ellos, les conducen al dolor y mucho sufrimiento por largo tiempo. ¿Por qué así? Por la errónea aprehensión que tienen de estas enseñanzas.

“Imaginad, monjes, a un hombre que necesita una serpiente, que requiere de una serpiente y va en busca de una serpiente. Y cuando visualiza a una serpiente larga, la agarra por su cuerpo o la cola, pero la serpiente, al darse la vuelta lo muerde en su mano, en su brazo o en algún otro miembro delcuerpo. Y así mordido, sufre la muerte o los dolores mortales. ¿Por qué así? Por la mala aprehensión de la serpiente.

“De manera similar, monjes, los hombres estúpidos que estudian el Dhamma –los discursos, las narraciones, las exposiciones, los versos, las exclamaciones, los dichos, las historias de nacimientos, los eventos asombrosos, las preguntas y respuestas- habiendo estudiado el Dhamma, no examinan con sabiduría el significado de estas enseñanzas. Para aquellos que no examinan con sabiduría el significado de las enseñanzas, el Dhamma no puede ser reflexivamente aceptado y, entonces, sólo les sirve para criticar a otros o para ganar algún debate, pero no pueden realmente experimentar el propósito con el cual este Dhamma ha sido enseñado. Estas enseñanzas, siendo erróneamente aprehendidas por ellos, les conducen al dolor y mucho sufrimiento por largo tiempo. ¿Por qué así? Por la errónea aprehensión que tienen de estas enseñanzas.

[11] “Pero, por otro lado, monjes, existen miembros de clan, que estudian el Dhamma –los discursos, las narraciones, las exposiciones, los versos, las exclamaciones, los dichos, las historias de nacimientos, los eventos asombrosos, las preguntas y respuestas- y, habiendo estudiado el Dhamma, examinan con sabiduría el significado de estas enseñanzas. Para aquellos que examinan con sabiduría el significado de las enseñanzas, el Dhamma puede ser reflexivamente aceptado y, entonces, ellos no lo estudian sólo para criticar a otros o para ganar algún debate, sino que realmente experimentan el propósito con el cual este Dhamma ha sido enseñado. Estas enseñanzas, siendo correctamente aprehendidas por ellos, les conducen al bienestar y gran felicidad por largo tiempo. ¿Por qué así? Por la correcta aprehensión que tienen de estas enseñanzas.

“Imaginad, monjes, a otro hombre que necesita una serpiente, requiere de una serpiente y va en busca de una serpiente. Y cuando visualiza a una serpiente larga, la atrapa adecuadamente, sujetándola primero, firmemente con un palo y luego, agarrándola correctamente por la nuca. Y aunque la serpiente quiera darse la vuelta para morder su mano, su brazo o algún otro miembro de su cuerpo, no puede hacerlo, de manera que él no sufre la muerte ni los dolores mortales. ¿Por qué así? Por la correcta aprehensión de la serpiente.

“De manera similar, los hijos de los nobles, que estudian el Dhamma –los discursos, las narraciones, las exposiciones, los versos, las exclamaciones, los dichos, las historias de nacimientos, los eventos asombrosos, las preguntas y respuestas- habiendo estudiado el Dhamma, examinan con sabiduría el significado de estas enseñanzas. Para aquellos que examinan con sabiduría el significado de las enseñanzas, el Dhamma puede ser reflexivamente aceptado y, entonces, ellos no lo estudian sólo para criticar a otros o para ganar algún debate, sino que realmente experimentan el propósito con el cual este Dhamma ha sido enseñado. Estas enseñanzas, siendo correctamente aprehendidas por ellos, les conducen al bienestar y gran felicidad por largo tiempo. ¿Por qué así? Por la correcta aprehensión que tienen de estas enseñanzas.

[12] “Por eso, monjes, cuando vosotros entendéis el significado de mi discurso, interpretadlo adecuadamente y si no lo entendéis, preguntad pidiendo explicación a mí o a aquellos monjes que son sabios.”

[Símil de la balsa]

[13] “Monjes, voy a mostraros, ahora, en qué sentido el Dhamma se parece a una barlsa cuyo propósito es cruzar las aguas y no poseerla. Escuchad y prestad atención que voy a hablar.”  – “Sí, venerable señor”, respondieron los monjes y el Bienaventurado continuó:

“Monjes, imaginad a un hombre que estaba de viaje y visualizó una gran extensión de las aguas, siendo la orilla cercana un lugar peligroso y temible, mientras que la otra orilla, segura y apacible. Sin embargo, no había barco alguno ni puente que serviría para llegar a la otra orilla. Entonces, el hombre pensó lo siguiente: ‘he aquí, una gran extensión de agua y esta orilla cercana es un lugar peligroso y temible, mientras que la otra orilla es segura y apacible. Sin embargo, no hay barco alguno ni puente que me serviría para llegar a la otra orilla. ¿Qué tal, si recolecto la paja, las ramitas, los ramales y las hojas para hacer de ello una balsa, la cual me permitiría cruzar las aguas a salvo, haciendo sólo el esfuerzo con mis manos y pies?’ Entonces, el hombre reunió la paja, las ramitas, los ramales y las hojas e hizo una balsa con la cual cruzó las aguas y arribó a salvo a la otra orilla, haciendo sólo el esfuerzo con sus manos y pies. Estando ya al otro lado, pensó: ‘¡Qué útil me fue esta balsa! Gracias a ella, solamente con el esfuerzo de mis manos y pies, pude cruzar las aguas y llegar a salvo a la otra orilla. ¿Por qué no la levanto, no la pongo sobre mis hombros y mi cabeza y la llevo por dondequiera que vaya?’ ¿Qué pensáis monjes: haciendo esto, haría el hombre lo que corresponde hacer con una balsa?”

“Ciertamente, no, señor”.

“Entonces, ¿qué debería hacer el hombre con la balsa, para que esto correspondiese a lo que se debe hacer con una balsa? Suponed, monjes, que un hombre al llegar a la otra orilla dijera: ‘¡Qué útil me fue esta balsa! Gracias a ella, solamente con el esfuerzo de mis manos y pies, pude cruzar las aguas y llegar a salvo a la otra orilla. ¿Por qué no la arrastro a la tierra firme o la sujeto a la deriva y voy a dondequiera?’ Haciendo esto, él realmente haría lo que corresponde hacer con una balsa.

[14] “De esta manera, monjes, el Dhamma se parece a una balsa, cuyo propósito es cruzar las aguas y no poseerla. Monjes, al saber que el Dhamma se parece a una balsa, debéis abandonar inclusive los dhammas [2] y, con más razón, las enseñanzas contrarias al Dhamma.

[Los puntos de vista]

[15] “Existen estos seis puntos de vista. ¿Cuáles seis? He aquí, monjes, está el caso de una persona ordinaria y no instruida que no tiene en consideración a los nobles y tampoco es versada ni disciplinada en su enseñanza. No tiene en consideración a los hombres veraces y tampoco es versada ni disciplinada en su enseñanza. Acerca de las formas asume lo siguiente: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Acerca de las sensaciones asume lo siguiente: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Acerca de las percepciones asume lo siguiente: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Acerca de las formaciones asume lo siguiente: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Acerca de lo visto, oído, sentido, conocido, encontrado, buscado, ponderado mentalmente asume lo siguiente: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’. Asume este punto de vista: ‘Así como el mundo, es el ser, de manera tal que después de la muerte seré permanente, imperecedero, eterno y no sujeto a cambios. Voy a permanecer por toda la eternidad.’ Con esto también asume que ‘esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’.

[16] “Por otro lado, monjes, está el caso de un noble discípulo bien instruido, que tiene en consideración a los nobles y es versado y disciplinado en su enseñanza. Tiene en consideración a los hombres veraces y es versado y disciplinado en su enseñanza. Acerca de las formas asume lo siguiente: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. Acerca de las sensaciones asume lo siguiente: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. Acerca de las percepciones asume lo siguiente: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. Acerca de las formaciones asume lo siguiente: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. Acerca de lo visto, oído, sentido, conocido, encontrado, buscado, ponderado mentalmente asume lo siguiente: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. No asume este punto de vista: ‘Así como el mundo, es el ser, de manera que después de la muerte seré permanente, imperecedero, eterno y no sujeto a cambios. Voy a permanecer por toda la eternidad.’ Con esto también asume que ‘esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’.

[17] “Considerando las cosas de esta manera, no experimenta agitación alguna acerca de las cosas no existentes.”

[Agitación]

[18] Cuando esto fue dicho, cierto monje preguntó al Bienaventurado: “Venerable señor, ¿podría existir agitación acerca de lo que externamente es no-existente?”

“Podría, monje –respondió el Bienaventurado- Este es el caso de alguien que piensa lo siguiente: ‘¡Oh, esto era mío! ¡Oh, esto que era mío y ya no me pertenece! ¡Ojalá, esto fuera mío! ¡Oh, no pude obtenerlo’. Entonces, él sufre, se atormenta, se lamenta, llora y se golpea el pecho con una angustia creciente. Es así cómo puede existir agitación acerca de lo que externamente es no-existstente.”

[19] “Venerable señor, y ¿podría existir la ausencia de agitación acerca de lo que externamente es no-existente?”

“Podría, monje –respondió el Bienaventurado- Este es el caso de alguien que no piensa lo siguiente: ‘¡Oh, esto era mío! ¡Oh, esto que era mío ya no me pertenece! ¡Ojalá, esto fuera mío! ¡Oh, no pude obtenerlo’. Pero, él no sufre, no se atormenta, no se lamenta, no llora, no se golpea el pecho ni tampoco tiene una creciente angustia. Es así cómo puede existir la ausencia de agitación acerca de lo que externamente es no-existstente.”

[20] “Señor, y ¿podría existir la agitación acerca de lo que internamente es no-existente?”

“Podría, monje –respondió el Bienaventurado- Este es el caso de alguien que piensa lo siguiente: ‘Así como el mundo, es el ser, de manera que después de la muerte seré permanente, imperecedero, eterno y no sujeto a cambios. Voy a permanecer por toda la eternidad.’ Luego, él escucha a Tathagata o al discípulo de Tathagata, que le enseña el Dhamma acerca de eliminar todos los puntos de vista, decisiones, obsesiones, adherencias y tendencias subyacentes. Acerca de apaciguar todas las formaciones, renunciar a todos los apegos, destruir la avidez, llegar a la ausencia de la pasión, al cese, al Nibbana. Entonces, él piensa lo siguiente: ‘¡Voy a ser aniquilado! ¡Voy a perecer! ¡No voy a existir más!’ De esta manera, sufre, se atormenta, se lamenta, llora y se golpea el pecho con una creciente angustia. Es así cómo puede existir agitación acerca de lo que internamente es no-existstente.”

[21] “Señor, y ¿podría existir la ausencia de agitación acerca de lo que internamente es no-existente?”

“Podría, monje –respondió el Bienaventurado- Este es el caso de alguien que no piensa lo siguiente: ‘Así como el mundo, es el ser, de manera que después de la muerte seré permanente, imperecedero, eterno y no sujeto a cambios. Voy a permanecer por toda la eternidad.’ Luego, él escucha a Tathagata o al discípulo de Tathagata, que le enseña el Dhamma acerca de eliminar todos los puntos de vista, decisiones, obsesiones, adherencias y tendencias subyacentes. Acerca de apaciguar todas las formaciones, renunciar a todos los apegos, destruir la avidez, llegar a ausencia de la pasión, al cese, al Nibbana. Entonces, él no piensa lo siguiente: ‘¡Voy a ser aniquilado! ¡Voy a perecer! ¡No voy a existir más!’ De esta manera, él no sufre, no se atormenta, no se lamenta, no llora ni se golpea el pecho ni tampoco tiene una creciente angustia. Es así cómo puede existir la ausencia de agitación acerca de lo que internamente es no-existente.”

[La transitoriedad y el no-yo]

[22] “Monjes, vosotros bien podríais adquirir las posesiones si fueran permanentes, imperecederas, eternas y no sujetas a cambios. Posesiones que durarían toda la eternidad. Pero, monjes, ¿habéis visto vosotros semejantes posesiones?” – “Ciertamente, no, venerable señor”. – “Muy bien, monjes. Yo tampoco he visto posesiones permanentes, imperecederas, eternas y no sujetas a cambios. Posesiones que durarían toda la eternidad.

[23] “Monjes, vosotros bien podríais apegarse a la doctrina del yo que no atrajera dolor, lamento, pena, sufrimiento y desesperación. Pero, monjes, ¿habéis visto semejante doctrina del yo?” – “Ciertamente, no, venerable señor”. – “Muy bien, monjes. Yo tampoco he visto una doctrina del yo que no atrajera dolor, lamento, pena, sufrimiento y desesperación para alguien que se apega a ella.

[24] “Monjes, vosotros bien podríais depender de algún punto de vista que no atrajera dolor, lamento, pena, sufrimiento y desesperación. Pero, monjes, ¿habéis visto semejante punto de vista?”  -“Ciertamente, no, venerable señor”. – “Muy bien, monjes. Yo tampoco he visto un punto de vista que no atrajera dolor, lamento, pena, sufrimiento y desesperación para alguien que depende de él.

[25] “Monjes, si existiera un yo, ¿podría existir también el siguiente pensamiento: ‘esto pertenece a mi yo’?” – “Sí, venerable señor”. – “O, monjes, si existiera algo perteneciente al yo, ¿podría existir también el pensamiento: ‘mi yo’?” – “Sí, venerable señor”. – “Pero, monjes, cuando el yo o lo perteneciente al yo no es más aprehendido como verdadero ni es establecido, aquel pensamiento que afirma -‘Así como el mundo, es el ser, de manera  tal que después de la muerte seré permanente, imperecedero, eterno y no sujeto a cambios. Voy a permanecer por toda la eternidad’- ¿no representa una enseñanza completamente tonta?” – “¿Qué más podría representar, venerable señor, sino una enseñanza completamente tonta?”

[26] “¿Qué pensáis, monjes, es la forma material permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”.  – “Y, aquello que es transitorio, ¿es doloroso o placentero?” – “Doloroso, venerable señor”. – “¿Es posible, entonces, que aquello que es transitorio, doloroso y sujeto a cambios, sea considerado de la siguiente manera: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’?” – “Ciertamente no, venerable señor”.

“De la misma manera, ¿es la sensación permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”… ¿Es la percepción permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”… ¿Son las formaciones permanentes o transitorias?” – “Transitorias, venerable señor”… ¿Y qué pensáis, monjes, es la conciencia permanente o transitoria?” – “Transitoria, venerable señor”. – “Y aquello que es transitorio, ¿es doloroso o placentero?” – “Doloroso, venerable señor”. – “¿Es posible, entonces, que aquello que es transitorio, doloroso y sujeto a cambios, sea considerado de la siguiente manera: ‘Esto es mío, esto soy yo, este es mi yo’?” – “Ciertamente no, venerable señor”.

[27] “Por eso, monjes, cualquier tipo de forma, sea del pasado, del futuro o del presente, interno o externo, burdo o sutil, inferior o superior, lejano o cercano, todo tipo de forma debe ser visto tal como realmente es, a través del recto discernimiento así: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’. Cualquier tipo de sensación… Cualquier tipo de percepción… Cualquier tipo de formaciones… Cualquier tipo de conciencia, sea del pasado, del futuro o del presente, interno o externo, burdo o sutil, inferior o superior, lejano o cercano, todo tipo de conciencia debe ser visto como realmente es, a través del recto discernimiento así: ‘Esto no es mío, esto no soy yo, este no es mi yo’.

[28] “Viendo de esta forma, el bien instruido noble discípulo llega a desencantarse con las formas materiales, desencantarse con las sensaciones, desencantarse con las percepciones, desencantarse con las formaciones y desencantarse con la conciencia.

[29] «Desencantado de esta manera, llega a ser desapasionado. A través de este desapasionamiento, es plenamente liberado. Con la plena liberación, llega a este conocimiento: ‘Ésta es la plena liberación’. Entonces, entiende esto: ‘El nacimiento está vencido. La vida santa ha sido realizada. La tarea ha sido cumplida. He aquí no hay nada más por delante en este mundo’.

[El Arahant]

[30] “Monjes, este monje es llamado aquel cuyo astil ha sido levantado, cuya trinchera ha sido rellenada, cuyo pilar ha sido arrastrado fuera, aquel cuya tranca ha sido retraída, el noble cuya bandera ha sido bajada, cuyas cargas han sido dejadas, aquel que está desencadenado.

[31] “Monjes, ¿Y cómo es el monje, cuyo astil ha sido levantado? Este es el caso del monje que ha abandonado la ignorancia, la ha cortado desde sus raíces, hizo de ella como si fuera una palmera desarraigada, la sacó afuera de tal manera que ya es imposible su futura aparición. Es así cómo el monje se convierte en aquel cuyo astil ha sido levantado.

[32] “Monjes, ¿Y cómo es el monje, cuya trinchera ha sido rellenada? Este es el caso del monje que ha abandonado la rueda de los nacimientos que lleva a las interminables nuevas existencias, la ha cortado desde sus raíces, hizo de ella como si fuera una palmera desarraigada, la sacó afuera de tal manera que ya es imposible su futura aparición. Es así cómo el monje se convierte en aquel cuya trinchera ha sido rellenada.

[33] “Monjes, ¿Y cómo es el monje, cuyo pilar ha sido arrastrado fuera? Este es el caso del monje que ha abandonado la avidez, la ha cortado desde sus raíces, hizo de ella como si fuera una palmera desarraigada, la sacó afuera de tal manera que ya es imposible su futura aparición. Es así cómo el monje se convierte en aquel cuyo pilar ha sido arrastrado fuera.

[34] “Monjes, ¿Y cómo es el monje, cuya tranca ha sido retraída? Este es el caso del monje que ha abandonado las cinco cadenas menores, las ha cortado desde sus raíces, hizo de ellas como si fueran unas palmeras desarraigadas,  las sacó afuera de tal manera que ya es imposible su futura aparición. Es así cómo el monje se convierte en aquel, cuya tranca ha sido retraída.

[35] “Monjes, ¿Y cómo es el monje, cuya bandera ha sido bajada, cuyas cargas han sido dejadas y que está desencadenado? Este es el caso del monje que ha abandonado el concepto de ‘yo soy’, lo ha cortado desde sus raíces, hizo de él como si fuera una palmera desarraigada, lo sacó afuera de tal manera que ya es imposible su futura aparición. Es así cómo el monje se convierte en aquel, cuya bandera ha sido bajada, cuyas cargas han sido colocadas abajo y que está desencadenado.

[36] “Monjes, cuando los devas, junto con Indra, Brama y Pajapati buscan al monje cuya mente sea liberada de esta forma, no encuentran nada de lo que pudiera decirse: ‘la conciencia del que realmente se ha ido [3] no está apoyada en esto’. ¿Por qué así? Porque aquel que realmente se ha ido, yo declaro, es imperceptible aquí y ahora.

[Tergiversando al Tathagata]

[37] “Hablando de esta manera, monjes, enseñando esto, fui erróneamente, falsamente y vanamente tergiversado por algunos brahmanes y ascetas, quienes decían: ‘El asceta Gotama es uno que induce al error. Él enseña aniquilamiento, la destrucción y la exterminación de los seres existentes.’ Pero como yo no soy así y como nunca dije esto, he sido erróneamente, falsamente y vanamente tergiversado por estos brahmanes y ascetas quienes decían de mí: ‘El asceta Gotama es uno que induce al error. Él enseña aniquilamiento, la destrucción y la exterminación de los seres existentes.’

[38] “Monjes, al igual que antes, así también ahora lo que yo enseño es la insatisfacción y el cese de la insatisfacción. Cuando algunos insultan, abusan, provocan, se burlan, molestan y hostigan al Tathagata, el Tathagata no siente odio, resentimiento ni descontento en su corazón por causa de esto. Y cuando otros honran, respetan, reverencian y veneran al Tathagata, el Tathagata no siente deleite, alegría o elevación del corazón por eso. Cuando algunos honran, respetan, reverencian y veneran al Tathagata, el Tathagata tiene este pensamiento: ‘Ellos prestan este servicio a aquello [4] que ha sido previamente plenamente comprendido.’

[39] “Por eso, monjes, cuando algunos os insultan, abusan, provocan, se burlan de vosotros, os molestan y hostigan, vosotros no debéis sentir el odio, resentimiento ni descontento en vuestro corazón por causa de esto. Y cuando otros os honran, respetan, reverencian y veneran, tampoco debéis sentir deleite, alegría o elevación del corazón por eso. Cuando algunos os honran, respetan, reverencian y veneran debéis tener este pensamiento: ‘Ellos prestan este servicio a aquello que ha sido previamente plenamente comprendido.’”

[No vuestro]

[40] “Por eso, monjes, todo lo que no es vuestro, abandonadlo. Cuando lo hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. ¿Y qué es lo que no es vuestro? La forma no es vuestra. Abandonadla. Cuando la hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. La sensación no es vuestra. Abandonadla. Cuando la hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. La percepción no es vuestra. Abandonadla. Cuando la hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. Las formaciones no son vuestras. Abandonadlas. Cuando las hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. La conciencia no es vuestra. Abandonadla. Cuando la hayáis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo [5].

[41] “¿Qué opináis, monjes: si la gente juntara, en esta arboleda Jeta, pasto, ramitas, ramales y hojas, los quemara o hiciera con ellos lo que les plazca, podríais pensar vosotros: ‘Es a nosotros que esta gente reúne, quema o hace lo que quiere’?”

“Ciertamente, no, venerables señor. Porque estas cosas no son ‘nosotros’, no nos pertenecen ni son nuestro yo”.

“De la misma manera, monjes, todo lo que no es vuestro, abandonadlo. Cuando lo habréis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo. ¿Y qué es lo que no es vuestro? La forma material no es vuestra.. La sensación no es vuestra… La percepción no es vuestra… Las formaciones no son vuestras… La conciencia no es  vuestra. Abandonadla. Cuando la habréis abandonado, tendréis bienestar y felicidad por mucho tiempo.

[En este Dhamma]

[42] «Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que son unos Arahants –cuyas contaminaciones han sido destruidas, que han vivido la vida santa y realizaron lo que hubo por hacer, que bajaron sus cargas, alcanzaron la meta, destruyeron totalmente las cadenas, fueron liberados a través del conocimiento final- para ellos, no hay un futuro ciclo de manifestaciones. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches.

[43] “Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que han abandonado las cinco cadenas menores y que, mediante una sola reaparición espontánea [en las Moradas Puras] alcanzan el Nibbana final, sin retornar a este mundo. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches.

[44] “Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que han abandonado las tres cadenas y atenuaron su avidez, aversión y la falsa ilusión y son ‘los que una vez retornan’: renacen una vez más en este mundo, solamente para poner fin a su insatisfacción. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches.

[45] “Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que, habiendo abandonado las tres cadenas menores son seguidores los que ‘entraron en la corriente’, que no están más sujetos a la perdición, encaminados hacia la iluminación. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que claro, abierto, evidente y libre de parches.

[46] “Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que son seguidores del Dhamma o seguidores por fe que están encaminados hacia la iluminación. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que claro, abierto, evidente y libre de parches.

[47] “Monjes, este Dhamma está bien proclamado por mí, es claro, abierto, evidente y libre de parches. En este Dhamma, bien proclamado por mí, claro, abierto, evidente y libre de parches, hay monjes que tienen tanta fe en mí y tanto amor, que van encaminados hacia el cielo. Este es el Dhamma bien proclamado por mí, que es claro, abierto, evidente y libre de parches.”

Esto es lo que el Bienaventurado dijo. Los monjes fueron complacidos y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.


 

NOTAS:

[1] Todas estas imágenes son símiles que fueron ofrecidos por el Buda en diferentes momentos y circunstancias, y se encuentran dispersos a lo largo de los suttas. Así, los primeros siete están tratados con detalles en MN 54. El símil sobre la cuchilla del carnicero, se puede leer en MN 23. Mientras que el símil sobre la lanza y la espada, aparece en SN 5,1 y el de la cabeza de la serpiente, en SN 4,1.

[2] O sea, las enseñanzas del Buda

[3] Lit. Tathaagata, el nombre que usualmente se aplica al Buda pero que en ocasiones, como en este caso, se amplía también a los arahants.

[4] Los comentarios explican que por “esto” se debe entender a los cinco cúmulos sujetos al apego (khandas). En otras palabras, el Buda dice que los honores y respetos apuntan a estos cinco componentes. Desde que él no esté más sujeto a las pasiones, aversions o falsas ilusiones relacionados con los khandhas, ya no rebosa de alegría cuando alguien le rinde honores.

[5] Los Comentarios aclaran que es el apego a los cinco cúmulos (khandas) que debe ser abandonado y no los cinco khandhas en sí.

 


FUENTES:

“Alagaddupamasutta” [en línea] en World Tipitaka Edition. http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/9M/3/3.2 (13/05/2008).

NYANAPONIKA THERA [en línea] Alagaddupama Sutta: The Snake Simile. (18/06/2006)

ÑANAMOLI BHIKKHU y BHIKKHU BODHI (2001) “Alagaddupama Sutta: The Simile of the Snake” en The Middle Length Discourses of the Buddha: A Translation of the Majjhima Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Págs. 224-236

THANISSARO BHIKKHU [en línea] Alagaddupama Sutta: The Water-Snake Simile. (22/08/2006)


Traducción: Anton P. Baron 

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicado por Bosque Theravada, 2008, 2011, 2019.