SN 41,3 Dutiya-Isidatta Sutta – Segundo discurso con Isidatta

¿Cómo se origina la idea de la identidad personal? En este sutta, el Venerable Isidatta ofrece respuesta a esta pregunta. Isidatta fue un joven y sabio monje del bosque, quién no estimó lo suficiente la propuesta del monje mayor para ser un maestro del Dhamma y, prefiriendo la quietud del bosque, simplemente desapareció. 

 


[Leer en pali]

En cierta ocasión un grupo de monjes mayores estaba viviendo en Macchikasanda, en el bosquecillo silvestre de mangos. Entonces Citta, el dueño de casa, se acercó al grupo de los monjes mayores  y, rindiéndoles homenaje, se sentó a un lado y se dirigió a ellos con estas palabras:

“Venerables señores, por favor, que los monjes mayores accedan a aceptar mañana una comida de mi parte”.

Y los monjes mayores aceptaron en silencio. Luego Citta, el dueño de casa, habiendo entendido que los mayores habían accedido, se levantó de su asiento, les rindió el homenaje y partió de allí, cuidando, por respeto, que los monjes mayores quedaran siempre a su derecha.

Cuando pasó la noche, a la mañana siguiente, los monjes mayores se vistieron, tomaron sus tazones y ropa exterior, y fueron a la residencia de Citta, el dueño de casa. Ahí se sentaron en los asientos especialmente preparados para ellos. Entonces, Citta, el dueño de casa, se acercó a los monjes mayores, les rindió homenaje, se sentó a un lado y se dirigió al venerable líder de los monjes con estas palabras:

“Venerable Anciano, he aquí que existen diferentes opiniones surgidas en el mundo, como que ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’; ‘el mundo es finito’ o ‘el mundo es infinito’; ‘el alma y el cuerpo es lo mismo’ o ‘el alma es una cosa y el cuerpo es otra’; ‘el Tathagata existe después de la muerte’, ‘el Tathagata no existe después de la muerte’, ‘el Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’ o ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte’. Todas estas opiniones, como también los sesenta y dos puntos de vista, están descritos en el Brahmajala [1] . Ahora bien, ¿cuándo lo que está presente en estas opiniones llega a la existencia y cuándo lo que está ausente en estas opiniones no llega a la existencia?”.

Cuando esto fue dicho, el venerable líder de los monjes guardó silencio. Entonces, por segunda y por tercera vez Citta, el dueño de casa, repitió la misma pregunta, y por segunda y por tercera vez, el venerable líder de los monjes guardó silencio.

En esta ocasión, el Venerable Isidatta era el monje más joven del Sangha. Entonces, el Venerable Isidatta se dirigió al venerable líder de los monjes con estas palabras:

“Permítame, venerable anciano, responder la pregunta de Citta, el dueño de casa”.

“Respóndala, amigo Isidatta”.

“Ahora bien, dueño de casa, ¿preguntaste sobre que existen diferentes opiniones que surgen en el mundo, tales como ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’… Todas estas opiniones, como también los sesenta y dos puntos de vista especulativos, están descritos en el Brahmajala. [Entonces preguntaste:] ¿Cuándo lo que está presente en estas opiniones llega a la existencia y cuándo lo que está ausente en estas opiniones no llega a la existencia?”.

“Sí, venerable señor”.

“En cuanto a estas diferentes opiniones que surgen en el mundo, ‘el mundo es eterno’ o ‘el mundo no es eterno’… Y que todas estas opiniones, como también los sesenta y dos puntos de vista especulativos, están descritos en el Brahmajala; cuando algunos puntos de vista contienen la idea de la identidad personal, estos puntos de vistas llegan a la existencia y, cuando no tienen la idea de la identidad personal, no llegan a la existencia”.

“Pero, venerable señor, ¿cómo la idea de la identidad personal llega a la existencia?”.

“He aquí, dueño de casa, que existen personas mundanas y no instruidas que no tienen en consideración a los nobles, no son hábiles ni disciplinados en su Dhamma, tampoco tienen en consideración a las buenas personas, no son hábiles ni disciplinados en su Dhamma; consideran al cuerpo como una identidad o la identidad como si poseyera un cuerpo, o el cuerpo como si estuviera dentro de la identidad, o la identidad como si estuviera dentro del cuerpo. Consideran la sensación como una identidad… Consideran la percepción como una identidad… consideran la formación volitiva como una identidad… Consideran la conciencia como una identidad o la identidad como si poseyera una conciencia, o la conciencia como si estuviera dentro de la identidad, o la identidad como si estuviera dentro de la conciencia. De esta forma el punto de vista sobre la identidad personal llega a la existencia.”

“Y, venerable señor, ¿cómo la idea de la identidad personal no llega a la existencia?”.

“He aquí, dueño de casa, que existen nobles discípulos que son instruidos, ellos tienen en consideración a los nobles, son hábiles y disciplinados en su Dhamma, también tienen en consideración a las buenas personas, son hábiles y disciplinados en su Dhamma; no consideran el cuerpo como una identidad, ni la identidad como si poseyera el cuerpo, tampoco el cuerpo como si estuviera dentro de la identidad, ni la identidad como si estuvieran dentro del cuerpo. No consideran la sensación como una identidad… No consideran la percepción como una identidad… No consideran la formación volitiva como una identidad… No consideran la conciencia como una identidad, ni la identidad como si poseyera una conciencia, tampoco la conciencia como si estuvieran dentro de la identidad, ni la identidad como si estuviera dentro de la conciencia. De esta forma el punto de vista sobre la identidad personal no llega a la existencia”.

“Venerable señor, ¿de dónde es el maestro Isidatta?”.

“Soy de Avanti, dueño de casa”.

“Allá en Avanti, hay un miembro de clan que se llama Isidatta, que es nuestro amigo, al cual nunca hemos visto y que abandonó el hogar. ¿El venerable señor, lo encontró alguna vez?”.

“Sí, dueño de casa”.

“Entonces, dónde este venerable vive ahora, venerable señor?”.

Cuando esto fue dicho, el Venerable Isidatta guardó silencio.

“¿Es usted, maestro Isidatta?”.

“Sí, dueño de casa”.

“Entonces que el maestro Isidatta disfrute del encantador bosquecillo silvestre de mangos de Macchikasanda. Yo mismo, con mucho fervor, me encargaré de proveer al maestro Isidatta de vestimenta, comida de las limosnas, alojamiento y los requisitos medicinales”.

“Es usted muy amable, dueño de casa”.

Entonces Citta, el dueño de casa, habiendo disfrutado las palabras del Venerable Isidatta y habiéndose regocijado en ellas, con sus propias manos sirvió a los monjes mayores y los satisfizo con varias clases de deliciosa comida. Cuando los monjes mayores habían terminado de comer y colocaron en su sitio sus tazones, se levantaron de sus asientos y partieron.

Entonces el venerable líder mayor dijo al Venerable Isidatta:

“¡Qué bueno, amigo Isidatta, que se le haya ocurrido una respuesta a esta pregunta. Esa respuesta no se me había ocurrido a mí. Por consiguiente, de ahora en adelante, en cualquier ocasión que surjan semejantes preguntas, usted deberá aclararlas”.

Entonces, el Venerable Isidatta ordenó su alojamiento, tomó su tazón y vestimenta exterior, y dejó Macchikasanda. Cuando dejó Macchikasanda, lo hizo para el bien y nunca más retornó [2] .

 


[1] Se trata del Brahmajala Sutta, DN 1.

[2] Ninguna de las versiones existentes de los Comentarios del Samyutta Nikaya explican la repentina desaparición del Venerable Isidatta. Según Bhikkhu Bodhi, el Venerable Isidatta al ver el peligro de la fama y de los honores, prefirió vivir en el completo anonimato (“Isidatta (2)”, nota 293, Pág. 1441).

 


FUENTE

Bhikkhu Bodhi (2000). “Isidatta (2)”, en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya (2000). Boston, Wisdom Publications. Pp. 1315-1319. 

Bhikkhu Thanissaro (2006). “Isidatta Sutta: About Isidatta” [en línea], http://www.accesstoinsight.org/tipitaka/sn/sn41/sn41.003.than.html.


Traducción: Anton P. Baron

Edición: Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2008, 2020.