AN 4,125-126 Pathama y Dutiyametta Sutta – Amor benevolente

El futuro plano de existencia de personas que practican la meditación de “los cuatro inconmensurables”.


AN 4,125 Pathamametta Sutta – Primer discurso sobre el amor benevolente

[Leer en pali]

[125] “Monjes, he aquí estas cuatro clases de personas que se encuentran en el mundo. Y, ¿cuáles son esas cuatro?

“He aquí, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor benevolente, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Lo disfruta, lo desea y encuentra satisfacción en eso. Si está firme en eso, se focaliza en eso, mora frecuentemente en eso y no lo pierde a la hora de morir, renace en la compañía de los devas del Brahma. El espacio vital de los devas del Brahma es de un eón. El mundano permanece ahí durante toda su vida, y cuando completa enteramente el espacio vital de aquellos devas, va al infierno, al reino animal o a la esfera de los espíritus hambrientos. Pero los discípulos del Bienaventurado permanecen ahí durante toda su vida, y cuando completan enteramente el espacio vital de aquellos devas, alcanzan el final Nibbana en aquel mismo estado de existencia. Esta es la distinción, la diversidad, la diferencia entre el instruido noble discípulo y el no instruido mundano, es decir, en cuanto al futuro destino y renacimiento.

“Además, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de compasión. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de compasión, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Lo disfruta, lo desea y encuentra satisfacción en eso. Si está firme en eso, se focaliza en eso, mora frecuentemente en eso y no lo pierde a la hora de morir, renace en la compañía de los devas que transmiten resplandor. El espacio vital de los devas que transmiten resplandor es de dos eones. El mundano permanece ahí durante toda su vida, y cuando completa enteramente el espacio vital de aquellos devas, va al infierno, al reino animal o a la esfera de los espíritus hambrientos. Pero los discípulos del Bienaventurado permanecen ahí durante toda su vida, y cuando completan enteramente el espacio vital de aquellos devas, alcanzan el final Nibbana en aquel mismo estado de existencia. Esta es la distinción, la diversidad, la diferencia entre el instruido noble discípulo y el no instruido mundano, es decir, en cuanto al futuro destino y renacimiento.

“Además, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de dicha altruista. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de dicha altruista, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Lo disfruta, lo desea y encuentra satisfacción en eso. Si está firme en eso, se focaliza en eso, mora frecuentemente en eso y no lo pierde a la hora de morir, renace en la compañía de los devas de refulgente gloria. El espacio vital de los devas de refulgente gloria es de cuatro eones. El mundano permanece ahí durante toda su vida, y cuando completa enteramente el espacio vital de aquellos devas, va al infierno, al reino animal o a la esfera de los espíritus hambrientos. Pero los discípulos del Bienaventurado permanecen ahí durante toda su vida, y cuando completan enteramente el espacio vital de aquellos devas, alcanzan el final Nibbana en aquel mismo estado de existencia. Esta es la distinción, la diversidad, la diferencia entre el instruido noble discípulo y el no instruido mundano, es decir, en cuanto al futuro destino y renacimiento.

“Además, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Lo disfruta, lo desea y encuentra satisfacción en eso. Si está firme en eso, se focaliza en eso, mora frecuentemente en eso y no lo pierde a la hora de morir, renace en la compañía de los devas del gran fruto. El espacio vital de los devas del gran fruto es de quinientos eones. El mundano permanece ahí durante toda su vida, y cuando completa enteramente el espacio vital de aquellos devas, va al infierno, al reino animal o a la esfera de los espíritus hambrientos. Pero los discípulos del Bienaventurado permanecen ahí durante toda su vida, y cuando completan enteramente el espacio vital de aquellos devas, alcanzan el final Nibbana en aquel mismo estado de existencia. Esta es la distinción, la diversidad, la diferencia entre el instruido noble discípulo y el no instruido mundano, es decir, en cuanto al futuro destino y renacimiento.

“Estas son, monjes, las cuatro clases de personas que se encuentran en el mundo”.

 

AN 4,126 Dutiyametta Sutta – Segundo discurso sobre el amor benevolente

[Leer en pali]

[126] “Monjes, he aquí estas cuatro clases de personas que se encuentran en el mundo. Y, ¿cuáles son esas cuatro?

“He aquí, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de amor benevolente. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de amor benevolente, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Cualquier fenómeno perteneciente a la forma, la sensación, la percepción, las actividades volitivas y la conciencia lo considera como transitorio, como insatisfacción, como enfermedad, como llaga, como dardo, como miseria, como aflicción, como algo ajeno, como desintegración, como algo vacío y como no-yo. Con la ruptura del cuerpo después de la muerte, renace en compañía de los devas de las moradas puras. Este es un renacimiento no compartido con los mundanos.

“Además, monjes, alguna persona permanece impregnando un cuarto con la mente imbuida de compasión… de dicha altruista… de ecuanimidad. De la misma forma, el segundo, tercer y cuarto cuadrante, tanto por encima como por debajo, alrededor y en todas partes, para todos como a sí mismo, permanece impregnando el mundo entero con la mente imbuida de ecuanimidad, abundante, exaltada, inconmensurable, sin hostilidad ni animadversión. Cualquier fenómeno perteneciente a la forma, la sensación, la percepción, las actividades volitivas y la conciencia lo considera como transitorio, como insatisfacción, como enfermedad, como llaga, como dardo, como miseria, como aflicción, como algo ajeno, como desintegración, como algo vacío y como no-yo. Con la ruptura del cuerpo después de la muerte, renace en compañía de los devas de las moradas puras. Este es un renacimiento no compartido con los mundanos”.

 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). Lovingkigness (1) y (2) en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston: Wisdom Publications. Pp. 305-7.

“Pathama y Dutiyamettasuttam” en Digital Pali Reader


Traducido por Anton P. Baron

Editado por Federico Angulo y  Anton P. Baron

Publicación del Bosque Theravada, 2013.