AN 3,62 Bhaya Sutta – Peligros

El Buda enseña sobre los peligros que acechan a madre e hijo, y el camino existente para superarlos satisfactoriamente.


[Leer en pali]

[62] «Monjes, el mundano no-instruido habla de estos tres peligros que separan a madre e hijo. ¿Cuáles tres?

(i) «Llega un tiempo en el cual surge una gran conflagración. Cuando la gran conflagración ha surgido, quema aldeas, pueblos y ciudades. Cuando las aldeas, pueblos y ciudades se queman, la madre no encuentra al hijo y el hijo no encuentra a su madre. Este es el primer peligro —que separa a madre e hijo— del cual el mundano no-instruido habla.

(ii) «Otra vez, llega un tiempo en el cual surge una gran nube de lluvia. Cuando la gran nube de lluvia ha surgido, da lugar a un gran diluvio. Cuando el gran diluvio toma lugar, aldeas, pueblos y ciudades son barridos. Cuando aldeas, pueblos y ciudades son barridos, la madre no encuentra al hijo y el hijo no encuentra a su madre. Este es el segundo peligro —que separa a madre e hijo— del cual el mundano no-instruido habla.

(iii) «Una vez más, llega un tiempo de peligrosa turbulencia en el yermo, cuando la gente del campo, montados en sus vehículos, huye por todos lados. Cuando hay peligrosa turbulencia en el yermo y la gente del campo, montados en sus vehículos, huyen por todos lados, la madre no encuentra al hijo y el hijo no encuentra a su madre. Este es el tercer peligro —que separa a madre e hijo— del cual el mundano no-instruido habla.

«Estos son los tres peligros que separan a madre e hijo de los cuales el mundano no-instruido habla.

«Hay también, monjes, estos tres peligros —de los cuales el mundano no-instruido habla como peligros que separan a madre e hijo—, pero donde madre e hijo se reencuentran. ¿Cuáles tres?

(i) «Llega un tiempo en el cual surge una gran conflagración. Cuando la gran conflagración ha surgido, quema aldeas, pueblos y ciudades. Cuando aldeas, pueblos y ciudades se están quemando, a veces existe la ocasión en la cual la madre encuentra al hijo y el hijo encuentra a su madre. Este es el primer peligro —del cual el mundano no-instruido habla como un peligro que separa a madre e hijo—, pero donde madre e hijo se reencuentran.

(ii) «Otra vez, llega un tiempo en el cual surge una gran nube de lluvia. Cuando la gran nube de lluvia ha surgido, da lugar a un gran diluvio. Cuando el gran diluvio toma lugar, aldeas, pueblos y ciudades son barridos. Cuando aldeas, pueblos y ciudades están siendo barridos, a veces existe la ocasión en la cual la madre encuentra al hijo y el hijo encuentra a su madre. Este es el segundo peligro —del cual el mundano no-instruido habla como un peligro que separa a madre e hijo—, pero donde madre e hijo se reencuentran.

(iii) «Una vez más, llega un tiempo de peligrosa turbulencia en el yermo, cuando la gente del campo, montados en sus vehículos, huye por todos lados. Cuando hay peligrosa turbulencia en el yermo y la gente del campo, montados en sus vehículos, huyen por todos lados, a veces existe la ocasión en la cual la madre encuentra al hijo y el hijo encuentra a su madre. Este es el tercer peligro —del cual el mundano no-instruido habla como un peligro que separa a madre e hijo—, pero donde madre e hijo se reencuentran.

«Estos son los tres peligros —de los cuales el mundano no-instruido habla como peligros que separan a madre e hijo—, pero donde madre e hijo se reencuentran.

«Hay, monjes, estos otros tres peligros que separan a madre e hijo. ¿Cuáles tres? El peligro de la vejez, el peligro de la enfermedad y el peligro de la muerte.

(i) «Cuando el hijo está envejeciendo, la madre no puede cumplir su deseo: ‘Déjame envejecer, pero que mi hijo no envejezca!’. Y cuando la madre está envejeciendo, el hijo no puede cumplir su deseo: ‘Déjame envejecer, pero que mi madre no envejezca!’.

(ii) «Cuando el hijo ha caído enfermo, la madre no puede cumplir su deseo: ‘Déjame enfermar, pero que mi hijo no caiga enfermo!’. Y cuando la madre ha caído enferma, el hijo no puede cumplir su deseo: ‘Déjame enfermar, pero que mi madre no caiga enferma!’.

(iii) «Cuando el hijo está muriendo, la madre no puede cumplir su deseo: ‘¡Déjame morir, pero que mi hijo no muera!’. Y cuando la madre está muriendo, el hijo no puede cumplir su deseo: ‘¡Déjame morir, pero que mi madre no muera!’.

«Estos son los otros tres peligros que separan a madre e hijo.

«Hay un camino, monjes, que lleva al abandono y a la superación de estos tres peligros donde madre e hijo se reencuentran, y de estos tres peligros donde madre e hijo se separan. ¿Y cuál es esta senda y camino? El Noble Óctuple Sendero —es decir—, recta visión, recta intención, recto hablar, recta acción, recto modo de vida, recto esfuerzo, recta atención consciente y recta concentración. Esta es la senda y camino que lleva al abandono y a la superación de estos tres peligros donde madre e hijo se reencuentran, y de estos tres peligros donde madre e hijo se separan”.

 


FUENTES:

Bhikkhu Bodhi (2012). “Perils” en The Numerical Discourses of the Buddha: A Translation of the Anguttara Nikaya. Boston, Wisdom Publications. Pp. 270-272.

“Bhayasutta” en https://suttacentral.net/en/an3.62


Traducido por Federico Angulo

Editado por Anton P. Baron y Federico Angulo

Publicación de Bosque Theravada, 2015.