Del blog «Bhikkhu Sujato responde«, por Bhikkhu Sujato.
Pregunta de Upasika:
En esta ocasión quisiera conocer su opinión acerca de la situación siguiente: Como muchos saben, en algunos países los monjes fuman cigarrillos. Existen diferentes posiciones al respecto, controlar la sensación de hambre es la más común, mientras que otros señalan que esto es una falta de disciplina de su parte. Luego, quiero conocer su opinión, y específicamente en lo que se corresponde con el hecho de que sean los laicos quienes corran con esta situación. Es decir si los cigarrillos no están incluidos en la lista de cosas que estos deberían/pueden ofrecer a la comunidad monástica, ¿Por qué los monjes solicitan cigarrillos a los laicos? ¿cómo sobrellevar esto? ¿Por qué no se advierte al respecto? Gracias.
Respuesta del Bhikkhu Sujato:
Esto es algo, donde la moderna percepción de fumar como “cosa mala”, va en contra de las costumbres antiguas. El Vinaya permite la inhalación del humo por razones medicinales, aunque esto difícilmente podría ser usado como justificación a favor de los cigarrillos. Dentro de la tradición tailandesa del bosque, es suficiente decir que así lo hizo Ajan Mun, entonces eso debe estar bien.
Ajahn Chah fue uno de los pocos maestros principales que introdujo la prohibición de fumar. Aparentemente, eso fue por la manera, en la cual los cigarrillos podrían circular en el “mercado negro” monástico, con canales de los devotos ofreciendo cigarrillos a ciertos monjes, etc. En los últimos tiempos, cuando fui a Wat Pa Pong, en el pasillo había un gran cartel que decía: “¡Es incorrecto ofrendar cigarrillos a los monjes!” Mi experiencia ha sido que, usualmente, cuando la tradición es muy estricta en un punto, tiene su correspondiente laxitud en otros. La tradición tailandesa del bosque tiene su práctica de “una sola comida al día”, la cual se cumple de manera muy estricta; pero después, vas a ver a los monjes relajarse con fumar.
Personalmente, no creo que esto sea algo bueno, pero yo he tenido siempre aversión al tabaco. Creo que en la vida monástica hay muchas otras cosas que constituyen problemas mayores, aunque…