Mensaje del Venerable Bhikkhu Sati Santikaro * para el Bosque Theravada.
El mes de mayo [1] siempre es el más glorioso para mi: los árboles están llenos de flores y los pájaros cantan sus canciones en las copas de los árboles. Luego del frío y gris invierno, el tiempo de la primavera es siempre un evento muy auspocioso para mi país [2]. Tiempo que trae la esperanza de algo nuevo y fresco.
Me dijeron que nuestro Señor Buda nació el día de la luna llena del mes de mayo. Treinta y cinco años más tarde, una vez más, durante el día de la luna llena, el Buda llegó a ser plenamente iluminado. Y, exactamente el mismo día de la luna llena del mes de mayo, luego de cuarenta y cinco años, ocurrió su paso final al Parinibbana. Pero, ¿qué significan realmente todos estos días de la luna llena? Tan sólo puedo imaginármelo.
Así como sucede con el «optimismo» del mes de mayo, de igual manera, la vista de la luna llena es un símbolo muy conmovedor en cuanto el cumplimiento de nuestras promesas. Nunca he encontrado al Buda en persona, al menos hasta dónde llega mi memoria; en vez de esto, estoy encontrando el sufrimiento y la impermanencia cara a cara todos los días desde el día de mi nacimiento. Pero, mirar la impermanencia y el sufrimiento también es una enseñanza del Buda, ¿no es cierto? Y el Buda dijo que cualquiera que mirara sus enseñanzas, el Dhamma, lo miraría también a él mismo.
Creo que no hace falta ser un budista vigoroso para entender qué significan el sufrimiento y la impermanencia. Tampoco yo era budista a los 23 años de edad, cuando estaba completamente harto de este miserable mundo. Puedo recordar cuando me sentaba en la escalera de nuestra casa, con los ojos cerrados y una resolución firme de un renunciamiento completo… Desde luego, en aquella época nadie entendió este paso: los vecinos, amigos, mis padres, mi esposa y ni siquiera yo mismo. Pero cuando finalmente desperté de vuelta a este mundo, algo había cambiado. Quiero decir que el mundo permaneció exactamente igual que antes, pero en mi mente surgió una extraordinaria comprensión. De alguna manera la mente había sido cambiada, sin lugar a dudas.
A partir de este mismo día, en adelante, mi vida empezó a transformarse rápidamente, hasta que todo, poco a poco, ha sido abandonado: el trabajo remunerado, el hogar comfortable, la esposa que me amaba… hasta que terminé como alguien sin hogar en un estado monacal. Pero no se piense que «sin hogar» automáticamente significa «sin esperanza». De hecho, para mí esto significa la mayor esperanza que jamás he podido imaginar. Y no solamente esperanza: así mismo ésta es la más grande bendición, felicidad y libertad.
No puedo ayudarme a mí mismo, pero hoy en día, siempre que un monje pasa cerca de mí (puede que no sea necesariamente un monje, es suficiente ver aunque sea el hábito del monje secándose colgado de una cuerda), mi corazón empieza a sonreír y mi mente empieza a florecer inmediatamente. Es como si mirara la luna llena en el cielo de una calurosa noche de verano… Como si mirara el iluminado cuerpo de nuestro Señor Buda. Y, al mismo tiempo, algo dentro de mi corazón me dice muy despacio: «Sí, éste es tu hogar. Tu verdadero refugio».
Esencialmente, esta es mi celebración de Vesakha más fervorosa. Y, siendo que soy un monje budista, tengo una excelente oportunidad para celebrar el Vesakha todos los días. Dentro de la paz y la gloria. Dentro del corazón y la mente. Esto es muy simple. No se necesita nada más. Pierda cuiudado por las velas y las flores, por caminar alrededor del monasterio o por cantar los textos sagrados una vez al año. Ciertamente, usted puede hacerlo, si lo prefiere… pero para mí, es suficiente vestir el mismo hábito que de costumbre.
NOTAS DEL AUTOR
[1] En pali, Vesakha, en sánscrito, Vaisakha, en sinagalés, Vesak.
* Bhikkhu Santindriyo Santikaro
Monje Theravada de origen eslovaco ordenado dentro de las tradiciones birmana y tailandesa. No tiene una residencia estable, por cuanto viaja por el sureste asiático continuamente.
Tomó varios cursos académicos en la Universidad de Comenius, Bratislava, obteniendo el título de máster en filosofía. Estudió las religiones, ética, sociología, literatura, psicología y pedagogía.
Recibió la ordenación como novicio o samanera en el Monasterio Budista Lunas, Malasia, en noviembre de 2004; y la ordenación como bhikkhu en el mismo monaterio, en diciemebre de 2007, como dentro de la tradición birmana de Mahasi Sayadaw. No obstante, debido a sus viajes y larga estadía en Tailandia, volvió a recibir la ordenación Upasampada (sin perder su anterior ordenación) en el monasterio Wat Thung Poo en abril de 2009. Esta ordenación se circunscribe dentro de la Tradición del Bosque de Ajahn Mun (Dhammayutt).
Actualmente está en el Monasterio Budista Lunas, Malasia.
Traducido del inglés por Anton P. Baron
Perfil preparado por Sabrina Pachón
Edición de Bosque Theravada, 2010.