7. Renacimiento

Del libro «Buena pregunta, buena respuesta«, por Venerable Sravasti Dhammika

PREGUNTA: ¿De dónde venimos y hacia dónde estamos yendo?

RESPUESTA: Hay tres respuestas posibles a esta pregunta. Aquellos que creen en un dios o dioses generalmente afirman que antes de que un individuo sea creado no existe, que luego llega a existir merced a la voluntad de un dios. Éste individuo vive su vida, y así, de acuerdo con lo que él cree o hace durante su vida, va al cielo eterno o al infierno eterno. Hay otros, humanistas y científicos, que alegan que el individuo llega a existir en el momento de la concepción debido a causas naturales, vive, y luego, en el momento de su muerte deja de existir. El buddhismo no acepta ninguna de estas explicaciones. La primera da lugar a muchos problemas éticos. Si un dios bueno realmente crea a cada uno de nosotros es difícil de explicar por qué mucha gente nace con las más atroces deformidades, o por qué tantas criaturas son abortadas espontáneamente antes de nacer o nacen muertas. Otro problema con la explicación teísta es que parece ser muy injusto que una persona deba sufrir tormentos eternos en el infierno por lo que hizo sólo en sesenta o setenta años en la tierra. Sesenta o setenta años de incredulidad o vida inmoral no merecen la tortura eterna. Del mismo modo, sesenta o setenta años de una vida buena parecen ser un pago muy escaso por la dicha eterna en los cielos. La segunda explicación es mejor que la primera y cuenta con más evidencia científica para sostenerse, pero todavía deja varias cuestiones importantes sin resolver. ¿Cómo puede, un fenómeno tan asombrosamente complejo como la conciencia, desarrollarse a partir de la sencilla unión de dos células, el espermatozoide y el óvulo? Y ahora que la parapsicología es una rama reconocida de la ciencia, fenómenos como la telepatía son cada vez más difíciles de encajar dentro del modelo materialista de la mente. El buddhismo ofrece la explicación más satisfactoria acerca de dónde proviene el hombre y hacia dónde está yendo. Cuando morimos, la mente, con todas sus tendencias, preferencias, habilidades y características que han sido desarrolladas y condicionadas durante esta vida se re-establece a sí misma en un óvulo fertilizado. De esta manera, el individuo crece, renace y desarrolla una personalidad condicionada tanto por las características mentales que han sido transportadas como por el medio ambiente. La personalidad cambiará y será modificada por el esfuerzo consciente y por factores condicionantes como la educación, la influencia de los padres y de la sociedad, y una vez más, cuando muere, se re-establece a sí misma en un nuevo óvulo fertilizado. Este proceso de morir y renacer continuará hasta que las condiciones que lo causan, el deseo vehemente y la ignorancia, terminen. Cuando esto sucede, en lugar de renacer, la mente alcanza un estado llamado Nirvana, y éste es el objetivo final del buddhismo y el propósito de la vida.

 

PREGUNTA: ¿Cómo es que la mente va de un cuerpo a otro?

RESPUESTA: El acto de pensar en algo se parece a las ondas de radio. Las ondas de radio, que no están hechas de palabras y música sino de energía en diferentes frecuencias, son transmitidas, viajan a través del espacio, son atraídas y recogidas por el receptor desde donde son emitidas como palabras y música. Lo mismo sucede con la mente. En el momento de la muerte, la energía mental que viaja a través del espacio es atraída y recogida por el óvulo fertilizado. A medida que el embrión crece, se concentra en el cerebro desde donde más tarde se da a conocer a sí misma en la forma de una nueva personalidad.

 

PREGUNTA: ¿Uno siempre renace en un ser humano?

RESPUESTA: No, hay varios planos dentro de los cuáles uno puede renacer. Algunas personas renacen en el cielo, algunos en el infierno, algunos renacen como fantasmas carentes (o espíritus hambrientos), y así por el estilo. El cielo no es un lugar, sino un estado de existencia donde uno tiene un cuerpo sutil y donde la mente experimenta más que nada placer. Algunas religiones se esfuerzan arduamente por renacer en una existencia celestial creyendo erróneamente en éste como un estado permanente. Pero no lo es. Como todos los estados condicionados, el cielo es impermanente, y cuando el lapso de vida de uno allí se termina uno bien puede renacer otra vez como humano. Del mismo modo, el infierno, no es un lugar, sino un estado de existencia donde uno tiene un cuerpo sutil y donde la mente experimenta más que nada desasosiego y angustia. Ser un fantasma carente, de nuevo, es un estado donde el cuerpo es sutil y donde la mente es continuamente asediada por el deseo ansioso y la insatisfacción. Por lo tanto, así es como los seres celestiales experimentan placer más que otra cosa, los seres en el infierno y los fantasmas padecen mayormente dolor y los seres humano comúnmente experimentan una mezcla de ambos. Por lo tanto, la mayor diferencia entre el plano humano y los otros planos es el tipo de cuerpo y las características de la experiencia.

 

PREGUNTA: ¿Qué es lo que decide dónde se renacerá?

RESPUESTA: El factor más importante, aunque no el único, que tiene influencia sobre dónde renacemos y qué clase de vida tendremos, es el kamma. La palabra kamma significa «acción» y se refiere a nuestras acciones mentales volicionales. En otras palabras, lo que somos está determinado, en una gran medida, por cómo hemos pensado y actuado en el pasado. Del mismo modo, cómo pensamos y actuamos ahora tendrá influencia sobre cómo seremos en el futuro. La clase de persona amable y amorosa tiende a renacer en un plano celestial o como un ser humano en el que predominan las vivencias agradables. La clase de persona llena de preocupaciones, atribulada o extremadamente cruel tiende a renacer en el plano infernal o como un ser humano en el que predominan las experiencias desagradables. La persona que desarrolla deseos ardientes y obsesivos, feroces caprichos y apasionadas ambiciones que nunca pueden ser satisfechas tiende a renacer como fantasma carente o como un ser humano frustrado por el antojo o lo que le falta. Cualesquiera hábitos mentales que sean desarrollados con firmeza en esta vida continuarán en la próxima. La mayor parte de la gente, sin embargo, renacen como seres humanos.

 

PREGUNTA: Por lo tanto, si nuestras vidas no están determinadas por nuestro kamma, ¿podemos cambiarlo?

RESPUESTA: Por supuesto que podemos. Ésta es la razón por la cual uno de los pasos del Noble Óctuple Sendero es el Recto Esfuerzo. Depende de nuestra sinceridad, de cuánta energía podamos ejercer y de cuán intenso sea el hábito. Sin embargo, es verdad que algunas personas van por la vida sencillamente, bajo la influencia de sus hábitos pasados sin hacer un esfuerzo para cambiarlos y siendo víctimas de sus desagradables resultados. Esas personas continuarán sufriendo a menos que cambien sus hábitos negativos. Cuanto más tiempo permanecen los hábitos negativos son más difíciles de cambiar. El buddhista entiende esto y aprovecha todas y cada una de las oportunidades que se le presentan para romper hábitos mentales que tienen resultados desagradables y desarrollar hábitos mentales que tienen un resultado grato y feliz. La meditación es una de las técnicas usadas para modificar los patrones de los hábitos de la mente tales como hablar o abstenerse de hablar, actuar o abstenerse de actuar de ciertas maneras. La totalidad de la vida buddhista es un entrenamiento para purificar y liberar la mente. Por ejemplo, si ser paciente y amable fue una parte significativa de su carácter durante su última vida, tales tendencias resurgirán en la vida presente. Si esas tendencias son fortalecidas y desarrolladas durante la vida presente, resurgirán aún con más fuerza y más pronunciadas en la vida futura. Esto está basado en el hecho simple y observable que hábitos largamente establecidos tienden a ser difíciles de romper. Ahora, cuando usted es paciente y amable, tiene a suceder que usted no es irritable fácilmente por parte de otros, usted no guarda rencores, la gente como usted tiende a ser más feliz a través de sus experiencias. Ahora tomemos otro ejemplo. Digamos que usted vino a la vida con una tendencia a ser paciente y amable debido a sus hábitos mentales durante su última vida. Pero, durante la vida presente, usted deja de fortalecer y desarrollar esas tendencias. Ellas gradualmente se debilitarían y extinguirían y quizás estarían completamente ausentes en su futura vida. Siendo la amabilidad y la paciencia débiles en este caso, hay una posibilidad de que tanto en esta vida como en la próxima pueda desarrollarse un carácter resentido, colérico y cruel, trayendo junto con ello todas las desagradables vivencias que tales actitudes crean. Tomaremos un último ejemplo. Digamos que, debido a sus hábitos mentales en su última vida, usted llegó a la vida presente con la tendencia a ser irritable y colérico y usted se da cuenta que tales hábitos solamente le causan situaciones desagradables y entonces hace un esfuerzo para cambiarlos. Usted los reemplaza con emociones positivas. Si usted es capaz de eliminarlos completamente, lo cuál es posible si hace el esfuerzo, usted se libera de las situaciones desagradables que son producidas por ser irritable y colérico. Si usted es capaz sólo de debilitar esas tendencias, éstas resurgirán en la próxima vida, donde con un poco más de esfuerzo, podrían ser completamente eliminadas y usted podría ser liberado de sus efectos desagradables.

 

PREGUNTA: Usted ha hablado mucho acerca del renacimiento, pero ¿hay alguna prueba de que renacemos cuando morimos?

RESPUESTA: No solamente hay evidencia científica para apoyar la creencia buddhista en el renacimiento, sino que es la única teoría después-de-la-vida que tiene alguna evidencia para apoyarse en ella. No hay ni un fragmento de evidencia para probar la existencia de los cielos y, por supuesto, la evidencia de aniquilación en la muerte debe ser insuficiente. Pero durante los últimos treinta años los parapsicólogos han estado estudiando informes sobre algunas personas que tienen lúcidos recuerdos de sus vidas anteriores. Por ejemplo, en Inglaterra, una niña de cinco años de edad dijo que ella podía recordar su «otra madre y su otro padre» y habló vívidamente sobre lo que sonaba como eventos en la vida de otra persona. Se llamó a los parapsicólogos y le hicieron cientos de preguntas a las que ella respondió. Habló acerca de vivir en una particular aldea rural en lo que parecía ser España, dio el nombre de la aldea, el nombre de la calle en la que vivió, los nombres de sus vecinos y detalles acerca de su vida diaria allí. También habló con aprensión acerca de cómo había sido atropellada por un auto y había muerto, a causa de las heridas, dos días más tarde. Cuando estos detalles fueron cotejados se halló que eran precisos. Había una aldea en España con el nombre que había dado la niña de cinco años. Había una casa del tipo que ella había descrito en la calle que había nombrado. Lo que es más, se supo que una mujer de 23 años que había vivido en la casa había muerto en un accidente de auto cinco años atrás. Ahora, ¿cómo es posible que una niña de 5 años que vivía en Inglaterra y que nunca había estado en España supiera todos estos detalles? Y, por supuesto, no es el único caso de este tipo. El profesor Ian Stevenson del Departamento de Psicología de la Universidad de Virginia ha descrito docenas de casos de esta clase en sus libros. Es un científico acreditado cuyos estudios a lo largo de 25 años con gente que recuerda vidas anteriores son una sólida evidencia en apoyo de la enseñanza buddhista del renacimiento.

 

PREGUNTA: Algunas personas podrían decir que la supuesta capacidad para recordar vidas anteriores es obra de demonios.

RESPUESTA: Usted no puede descalificar todo lo que no cuadra con su creencia como obra de los demonios. Cuando, fríamente, se presentan datos concretos para apoyar una idea, usted debe recurrir a argumentos lógicos y racionales si desea oponerse a ellos, no a habladurías irracionales y supersticiosas sobre demonios.

 

PREGUNTA: Usted dice que hablar acerca de los demonios es superstición, pero hablar acerca del renacimiento ¿no lo es un poco también?

RESPUESTA: El diccionario define «superstición» como «una creencia que no está basada en la razón o en los hechos sino en una asociación de ideas, como ocurre con lo mágico». Si usted puede mostrarme un estudio cuidadoso sobre la existencia de los demonios, realizado por un científico, concederé que la creencia en los demonios no es una superstición. Pero nunca he escuchado sobre ninguna investigación acerca de los demonios; los científicos sencillamente no se molestarían en estudiar esas cosas, por lo tanto yo digo que no hay evidencia que apoye la existencia de los demonios. Pero como recién hemos visto, hay evidencia que parece sugerir que el renacimiento sí tiene lugar. De este modo, si la creencia en el renacimiento está basada en al menos algunos hechos, no puede ser una superstición.

 

PREGUNTA: Bien, ¿han existido algunos científicos que creyeron en el renacimiento?

RESPUESTA: Sí. Thomas Huxley, quien fue responsable por haber introducido la ciencia en el sistema de educación británico del siglo 19 y también el primer científico en defender las teorías de Darwin, creía que la reencarnación era una idea muy plausible. En su famoso libro «Evolución y Ética y Otros Ensayos», dice:

En la doctrina de la transmigración, cualquiera sea su origen, las especulaciones brahmánica y buddhista encontraron de modo conveniente la manera de construir una convincente justificación de los caminos del Cosmos hasta el hombre… Aún cuando este argumento de justificación no es menos convincente que otros; y nadie, sino sólo pensadores muy precipitados, la rechaza sobre la base de que es un inherente absurdo. Como la misma doctrina de la evolución, la de la transmigración encuentra sus raíces en el mundo de la realidad, y ella podría reclamar en su apoyo, desde la analogía, el gran argumento que ésta es capaz de ofrecerle.

Luego, el profesor Gustaf Stromberg, el famoso astrónomo sueco, físico y amigo de Einstein, también halló atrayente la idea del renacimiento.

Las opiniones varían con respecto a si las almas humanas pueden reencarnarse en la tierra o no. En 1936 hubo un caso muy interesante que fue ampliamente investigado y presentado por las autoridades gubernamentales en la India. Una niña (Shanti Devi de Delhi) pudo describir con fidelidad su vida anterior (en Muttra, a quinientas millas de Delhi), la cuál terminó alrededor de un año antes de su «segundo nacimiento». Ella dio el nombre de su marido y de su hijo y describió su hogar y la historia de su vida. La comisión investigadora la llevo a ella ante sus antiguos parientes, quienes confirmaron todas sus declaraciones. Las reencarnaciones son consideradas normales entre la gente de la India, lo asombroso de este caso era la gran cantidad de eventos que recordaba la niña. Éste y casos similares pueden ser considerados como evidencia adicional que apoya la teoría de la indestructibilidad de la memoria.

El profesor Julian Huxley, el distinguido científico británico que fue Director General de la UNESCO, creía que el renacimiento estaba, por completo, en armonía con el pensamiento científico.

No hay nada en contra de la permanente supervivencia de una individualidad espiritual que es emitida, de alguna manera, en el momento de la muerte, como un claro mensaje inalámbrico es emitido por un aparato emisor trabajando en forma concreta. Pero, debe recordarse, que un mensaje inalámbrico solamente se convierte en un mensaje nuevamente cuando hace contacto con una nueva estructura material —el receptor. Del mismo modo ocurre con nuestra posible emanación del espíritu. Él (espíritu)… no podría nunca pensar o sentir a menos que estuviese «in-corporado» de alguna manera. Nuestras personalidades están tan basadas en el cuerpo, que es realmente imposible pensar en términos de una supervivencia en tanto sensación corpórea sin alguna clase de cuerpo… Puedo pensar en algo que, siendo emitido, de alguna manera transportaría la misma vinculación para los hombres y mujeres como un mensaje inalámbrico para un aparato transmisor, pero en este caso, «el muerto» sería, hasta donde podemos ver, nada, sino perturbaciones de diferentes patrones vagando por el universo hasta que… ellos… volvieran a la realidad de la conciencia haciendo contacto con algo que pudiese trabajar como un aparato receptor para la mente.

Aún personas muy prácticas y realistas, como el industrial americano Henry Ford, hallaban aceptable la idea del renacimiento. Ford se sintió atraído por la idea del renacimiento por que, a diferencia de la idea teísta o de la idea materialista, el renacimiento le otorga una segunda oportunidad para desarrollarse a sí mismo. Henry Ford dice:

Adopté la teoría de la Reencarnación cuando tenía veintiséis años. La religión no ofreció nada concreto… Ni aún el trabajo pudo darme una satisfacción total. El trabajo es fútil si no podemos utilizar la experiencia que recogemos durante una vida en la siguiente. Cuando descubrí la Reencarnación fue como si hubiese encontrado un plan universal. Me di cuenta de que había una oportunidad para desarrollar mis ideas. El tiempo ya no fue un límite. No fui más un esclavo de las manecillas del reloj… El genio es experiencia. Algunos parecen pensar que es un don o un talento, pero es el fruto de una larga experiencia durante muchas vidas. Algunas son almas más viejas que otras, y por lo tanto, saben más. El descubrimiento de la Reencarnación reconfortó mi mente. Si usted conserva un registro de esta conversación, escríbala para que reconforte a la mente de los hombres. Me gustaría comunicarle a los otros la serenidad que nos brinda un punto de vista de largo alcance sobre la vida.

Por lo tanto, las enseñanzas buddhistas sobre el renacimiento tienen evidencia científica que las apoya. Son lógicamente consistentes y van mucho más allá con su respuesta a preguntas en las que las teorías teístas y materialistas fallan en responder. Pero también son muy reconfortantes. Qué podría ser peor que una teoría sobre la vida que no le da una segunda ocasión, ni oportunidad de corregir los errores que ha cometido en esta vida, ni tiempo, tampoco, para el ulterior desarrollo de aptitudes y habilidades que ha cultivado en esta vida. Pero, de acuerdo con el Buddha, si usted falla en alcanzar el Nirvana es esta vida, tendrá la oportunidad de hacer el intento nuevamente la próxima vez. Si ha cometido errores en esta vida, estará capacitado para corregirse en la próxima. Usted estará realmente capacitado para aprender de sus errores. Las cosas que no fue capaz de hacer o alcanzar en esta vida muy bien podrían hacerse posibles en la próxima. ¡Qué maravillosa enseñanza!