En este artículo la Prof. Lily de Silva analiza la relación existente entre guardar los cinco preceptos budistas y el compromiso a favor de los Derechos Humanos.
Por Prof. Lily de Silva
El concepto de derechos humanos es de origen reciente. No encontramos una palabra que denote este concepto es pali o en sánscrito. En vez de derechos, los deberes habían sido acentuados en las culturas representadas por estas lenguas. No es una extraña coincidencia que la palabra para deber, ‘dhamma’ en pali y en sánscrito, también signifique verdad. La filosofía subyacente parece ser que el deber conduce a la verdad. En inglés, sin embargo, la palabra derecho tiene un doble significado de verdad y de privilegio/prerrogativa. De acuerdo con la función social de las filosofías orientales el cumplimiento del deber de uno conduce al cumplimiento del derecho del otro.
Cuando comparamos el impacto social de los deberes con el de los derechos, empezamos a darnos cuenta que una atmósfera de armonía y cooperación mutua puede prevalecer en una sociedad cuando se acentúa el deber, mientras que es más probable que la discordia y la competencia sean el resultado si cada uno suele hace valer sus derechos.
La ausencia de una única palabra para denotar los derechos humanos no significa que las antiguas civilizaciones orientales no tuvieran métodos para salvaguardar los derechos humanos. Esto se logró de una manera perifrástica muy sutil tal que el hombre, incluso, no estaba abiertamente conciente de que disfrutaba ciertos derechos como tales, por el hecho mismo de su nacimiento humano. El mecanismo era la aceptación voluntaria de todos y cada uno de acatar los cinco preceptos o pancasila.
Se espera que cada hombre en la sociedad asuma voluntariamente el voto de no destruir la vida. La vida es sagrada y se espera que cada ser humano respete que la vida inviolable. Cuando la actitud de no-violencia se extendió, el derecho a la vida de cada individuo se cumplió automáticamente. Lo que es más, esta actitud de no-violencia genera seguridad a la persona, amistad y benevolencia en la sociedad, dando lugar a relaciones interpersonales armoniosas.
El segundo precepto espera que el hombre cumpla voluntariamente con el voto de no tomar lo que no le sea dado. Este voto de no malversación salvaguarda el derecho de todo el mundo a la propiedad de bienes. El sentido de seguridad de la propiedad de bienes crea una atmósfera de confianza mutua en la sociedad. Tal sociedad está libre de tensiones y las personas pueden dedicarse a la búsqueda de las vocaciones que han elegido sin la carga de tener que guardar sus propiedades con ansiedad.
El tercer precepto dispone que el hombre debería tomar voluntariamente el voto de abstenerse de relaciones sexuales ilícitas. Esto salvaguarda el derecho de cada individuo de escoger un esposo(a) y criar una familia libre de injerencias externas. La inmoralidad sexual es con más frecuencia la causa de enfermedades mortales y de hogares divididos, que tienen desastrosas repercusiones sociales como el problema que crean en los niños y los ciudadanos problema. La salud de una nación depende de la salud de la familia, y el valor del tercer precepto nunca puede ser sub-estimado.
El cuarto precepto comprende la abstención del discurso falso. El ser humano es un animal social y tiene que depender de la sociedad para su supervivencia y existencia significativa. Por tanto, tiene el derecho de esperar veracidad y la liberación del fraude de parte de sus semejantes y este derecho se cumple si cada uno es honesto en sus transacciones. Ninguna sociedad es autárquica hoy día, cada sociedad y nación es dependiente de cada uno de los demás. Por lo tanto, la honestidad y la integridad son necesidades sociales absolutas de hoy.
El quinto precepto está en relación con la abstención de intoxicantes que es sumamente valiosa para la salud mental y física de cada uno de los miembros. La indiferencia frente a este precepto mina el valor de todos los otros preceptos. La salud mental y física debería ser la sana elección de cada ser humano, y los hábitos que son diametralmente opuestos a ellas deberían ser rechazados por cada hombre cuerdo. Se dice que la conciencia es soluble en alcohol, de ahí la erosión de los deberes y obligaciones morales.
Así, la adhesión a los cinco preceptos no sólo salvaguarda los derechos humanos, sino que también la salud del cuerpo y de la mente que genera una sociedad sin tensión con hogares sanos para criar familias felices.
Dhammo Sucinno Sukham avahati
La honradez bien practicada provee la felicidad
FUENTE:
http://beyondthenet.net/misc/mis_main.htm
Traducción al español por Upasika para Bosque Theravada © 2008
Edición Bosque Theravada © 2008
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