Khp 6 Ratana Sutta – Discurso de las Joyas

Según la tradición este sutta fue entregado por el Buda al Ven. Ananada, su más cercano discípulo, para que fuera recitado por los ciudadanos de Vesali cuando la misma estaba afectaba por la pestilencia. La recitación del sutta amainaría la plaga.

Cualesquiera seres aquí congregados, terrestres o celestiales, que todos los seres estén felices y también que escuchen atentamente estas palabras.

Por lo tanto, divinidades, todas escuchen. Tengan amor por los seres humanos que día y noche les traen ofrendas. Protejedlos con diligencia.

Cualquier tesoro que hay aquí o en el otro mundo, cualquier joya que hay en los cielos, ninguna es comparable con el Tathàgata. En el Buddha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad [1]

El sereno sabio de los Sakyas realizó (el Dhamma) que es la cesación de las impurezas, es libre de la pasión, es inmortal y es supremo. No hay nada que se compare con este Dhamma. También en el Dhamma existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

El excelente Buddha elogió la concentración pura, la cual, dijo, da resultados inmediatos. No hay nada que se compare con esa concentración. También en el Dhamma existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Los ocho individuos, los cuatro pares, que son elogiados por los sabios, que son los discípulos del Eminente, ellos son merecedores de ofrecimientos, lo dado a ellos da gran fruto. También en el Sangha existe esta preciosa joya.

Aquellos que practican las enseñanzas de Gotama con esfuerzo, con una mente firme, libres de impurezas, ellos realizan lo realizable. Habiéndose zambullido en la inmortalidad, disfrutan de la paz que se obtiene sin riquezas. También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que exista felicidad.

Así como un poste firme en la tierra no puede ser movido por los cuatro vientos, igual, digo, es el buen hombre que habiendo penetrado, ve las Nobles Verdades. También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Aquellos que comprenden las Nobles Verdades bien expuestas por el de Profunda Sabiduría, por muy negligentes que sean, no tienen una octava existencia. También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Con la realización del primer sendero, tres condiciones se abandonan, la ilusión de la personalidad, la duda y la indulgencia en ritos y rituales. También él abandona otras impurezas.

Él está libre de los cuatro estados de sufrimiento y es incapaz de cometer los seis malos actos [2] . También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Aunque él cometa una mala acción, con el cuerpo, con el lenguaje o con la mente, es incapaz de ocultarla. Buddha ha declarado que aquel que ha realizado el Nibbàna es incapaz de ocultar sus malas acciones. También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Hermoso como un bosque con copas florecientes al comienzo del verano es el sublime Dhamma que conduce al Nibbàna. Él predicó esta doctrina para el bien supremo. También en el Buddha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

El excelente, el conocedor de lo excelente, el dador de lo excelente, el proveedor de lo excelente, el incomparable, predicó esta excelente doctrina. También en el Buddha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

El kamma pasado extinto, sin un nuevo devenir, sus mentes sin apego a una futura existencia, aquellos que han erradicado la semilla de la existencia, sin deseo de crecer, estos sabios se extinguen como la flama de una lámpara. También en el Sangha existe esta preciosa joya. Por esta verdad que haya felicidad.

Cualesquiera seres aquí congregados, terrestres o celestiales, todos nosotros reverenciamos al Buddha venerado por divinidades y hombres. ¡Qué haya felicidad!

Cualesquiera seres aquí congregados, terrestres o celestiales, todos nosotros reverenciamos al Dhamma venerado por divinidades y hombres. ¡Qué haya felicidad!

Cualesquiera seres aquí congregados, terrestres o celestiales, todos nosotros reverenciamos al Sangha venerado por divinidades y hombres. ¡Qué haya felicidad!


[1] Ésto es lo que se denomina ‘aseveración de la verdad’ o ‘acto de veracidad’ (sacca-kiriyà ). Por decir esta verdad que haya felicidad.

[2] Los seis malos actos (cha abhithanani ) son 1) matar a la madre, 2) matar a padre, 3) matar un Arahant, 4) herir a un Buddha, 5) causar un cisma en la comunidad y 6) elegir como maestro a uno no iluminado.


Esta publicación ha sido tomada del sitio http://www.btmar.org/

Traducido del pali por Ven. Bhikkhu U Nandisena