Historia de la Orden de las Bhikkhunis

La orden de las monjas budistas (bhikkhunis) se estableció en el tiempo del Buda y, en muchos países, la misma existe hasta el día de hoy. La autora describe de qué manera las mujeres ordenadas han practicado, realizado y mantenido las Enseñanzas del Buda a lo largo de la historia.

Por Dra. Chatsumarn Kabilsingh (Bhikkhuni Dhammananda)

bhikkhuni_dhammanandaLa orden de bhikkhuni se estableció en el tiempo del Buddha y existe hasta el día de hoy. Por siglos, las mujeres ordenadas han practicado, realizado, y mantenido las Enseñanzas del Buddha, beneficiando no sólo a ellas mismas sino también a las sociedades en las que vivieron. Aquí daré una breve historia de la orden, incluyendo su difusión a otros países, y discuto algunos puntos interesantes del Vinaya.

Cuando el Rey Suddhodana, el padre de Buddha, falleció, su madre de leche y tía, Mahapajapati, junto con un total de quinientas mujeres de la realeza, fue donde el Buddha que estaba en Kapiñavatthu a solicitarle el permiso para unirse al Sangha. El Buddha respondió, «No pida eso». Ella repitió la petición otras tres veces, y cada vez el Buddha simplemente dijo, «No pida eso». Nadie conocía lo que él pensaba, y no es claro porqué lo rechazó. Sin embargo, que el Buddha vacilara en aceptarla dentro del Sangha ha sido interpretado por algunos en el sentido de que el Buddha no quería que las mujeres se unieran a la orden. Por tanto, algunas personas piensan que esto no fue un problema cuando la orden de bhikkhuni murió en India aproximadamente cien años después. En nuestro estudio sobre el desarrollo histórico del Sangha de Bhikkhuni, cuando otros citaban de textos para demostrar con autoridad que la orden de bhikkhuni no puede ser restaurada hoy, nosotros debemos ser igualmente versados y elocuentes en las citas de los textos para demostrar que esto se puede.

El Buddha dejó Kapilavatthu y marchó a Vesali, que era un viaje de muchos días a pie. Para entonces, Mahapajapati había afeitado su cabeza y puesto los hábitos. Junto con quinientas mujeres reales que habían hecho lo mismo, caminó a Vesali demostrando así su determinación de las mujeres a ser ordenadas y seguir al Buddha. Una vez allí, ella se sentó a la entrada del Vihara, llorando, sus píes se hincharon y sangraban por el viaje. Ananda, el primo de Buddha y asistente vio a las mujeres, habló con ellas y se enteró de su problema. Él se acercó a Buddha en su nombre diciendo, «Mahapajapati, su tía y madre de leche, está aquí, esperándole para que le sea dado el permiso para unirse a la orden». Una vez más el Buddha dijo, «No pida eso». Ananda intentó otra táctica, «Después de todo, su tía es también su madre de leche. Ella fue la que le alimentó con su leche». El Buddha todavía se negaba. Entonces Ananda preguntó, «¿Usted no está dando el permiso porque las mujeres no tienen el mismo potencial espiritual como los hombres para alcanzar la Iluminación?». El Buddha dijo, «No, Ananda, las mujeres son iguales a los hombre en su potencial para lograr la Iluminación». Esta declaración abrió un nuevo horizonte en el mundo de la religión en general en aquel tiempo. Previamente, ningún fundador de religión alguna había proclamado que los hombres y las mujeres tuviesen igual potencial para la Iluminación.

Entonces, el Buddha dijo que él daría a las mujeres el permiso de unirse a la orden si Mahapajapati aceptaba los ocho gurudhamma -las ocho reglas importantes- como la guirnalda de las monjas para adornarse. Mahapajapati aceptó. Una de esas reglas es muy molesta para muchos eruditos buddhistas occidentales, dice que una monja ordenada aún con cien años debe inclinarse ante un monje aunque lleve ordenado solamente un día. Para los estándares occidentales, esto parece como si las monjas estuviesen siendo relegadas, pero hay otra manera de ver esto. El Vinaya cuenta la historia de seis monjes que levantaron sus hábitos para mostrarles sus muslos a las monjas. Cuando el Buddha se enteró sobre esto, hizo una excepción a aquella regla y dijo a las monjas no presentar respeto a estos monjes. Una monja, entonces, no tiene que saludar a todo monje, sino sólo al monje que es digno de respeto. Necesitamos entender cada gurudhamma adecuadamente, pues el Buddha siempre hace la excepción después de que la regla general fue establecida.

Una de las gurudhamma menciona los sikkhamanas, período de prueba de las monjas que entrenan por dos años en la preparación para hacerse bhikkhunis. Este dice que después de que una novicia se ha entrenado con una bhikkhuni por dos años, esa bhikkhuni preceptora tiene la responsabilidad de ordenarla totalmente. No obstante, cuando el Buddha ordenó a Mahapajapati, no había novicias. Él la ordenó directamente como una bhikkhuni. Luego, ¿cómo podemos explicar que dentro de esas ocho reglas importantes, una de ellas establece que antes de llegar a ser una bhikkhuni, una mujer debe ser una novicia? En referencia a esto, un monje inglés me dijo que él creía que el gurudhamma surgió mucho tiempo después, y fue puesto a la vanguardia por los monjes, quienes eran los registradores históricos. Estas ocho reglas importantes ponen muy claramente a las monjas en una posición subordinada frente a los monjes, luego habría sido la ventaja de los monjes por lo que los registradores lo atribuyesen al Buddha.

El Buddha pudo haber dudado en aceptar a las mujeres dentro de la orden por muchas razones. Una podría haber sido su compasión por las monjas, especialmente su tía, porque los bhikkhus y las bhikkhunis recibían su alimento recogiendo limosnas en los pueblos. En ocasiones, ellas recibían muy poco, sólo un puñado de arroz, un pedazo de pan, o algunos tipos de vegetales. Imagine a la anciana reina Mahapajapati y quinientas mujeres reales saliendo a mendigar. Esto sería casi imposible porque habían abandonado tales vidas cómodas en el palacio. Puede ser que fuera de la compasión el Buddha no quisiese que estas mujeres afrontaran tal dificultad.

Además, en ese tiempo no existían monasterios. Los monjes vivían un estilo de vida muy difícil, habitando bajo los árboles o en cuevas. ¿Quién daría a este grupo de mujeres deambulantes sitios para habitar? Adicionalmente, ¿quién instruiría a las monjas? Podrían ser ordenadas, afeitadas sus cabezas, y colocados los hábitos, pero si no recibían una educación y entrenamiento, serían justo como cualquier vagabundo en la India en ese tiempo. Ningún plan para educarlas existía aún. Más tarde, fue establecido que el Sangha de Bhikkhus podría asignar unos pocos excelentes monjes para educar a las monjas.

Asimismo, el Buddha ya había recibido la crítica de laicos de que él destruía la unidad familiar. Aceptar quinientas mujeres en la orden implicaba que el estaba destruyendo quinientas familias debido a que las mujeres eran el corazón de la familia. Sin embargo, más adelante el Buddha conoció que los esposos de estas mujeres ya habían entrado a la orden. Así, con la ordenación de estas mujeres, él no rompería aquellas familias. El Buddha debió haber pensado sobre todas estas cuestiones, y comprender que los problemas podrían ser superados, aceptó a las monjas dentro de la orden.

Es también posible que él nunca hubiera pensado en que las mujeres se unieran a la orden antes de la petición de Mahapajapati porque en la antigua India, las mujeres nunca dejan su vida hogareña. De hecho, era impensable para las mujeres ser auto-suficientes en aquel tiempo. Aún hoy día en India, las mujeres rara vez dejan la familia. Pero desde que el Buddha observó que la Iluminación era una posibilidad para todos los seres humanos, se abrió la puerta a las mujeres para ser ordenadas. Esto fue un paso revolucionario dado en el clima social de ese tiempo.

Así el bhikkhuni sangha se formó aproximadamente siete u ocho años después del bhikkhu sangha. Veo esto como una de las razones por las que el Buddha subordinó el bhikkhuni Sangha al bhikkhu sangha. Están subordinados en el sentido de ser hermanas más jóvenes y hermanos más viejos, no en el sentido de ser maestros y esclavas.

Era recordado que justo después de admitir las mujeres dentro del Sangha, el Buddha dijo, «Como he aceptado a las mujeres dentro de la orden, el Buddhadhamma sólo durará quinientos años». Veo esta declaración como una reflexión desde la mentalidad de los monjes quienes primero registraron el Vinaya de manera escrita en Sri Lanka 400-500 años después del parinibbana de Buddha. Aparentemente estos monjes no estaban de acuerdo con que las mujeres pudieran unirse a la orden. Algunos eruditos occidentales piensan que esta declaración fue atribuida después al Buddha pero no era realmente de él. Como vemos, más de dos mil quinientos años han pasado, y no sólo el Buddhismo sigue prosperando en Asia sino que también se está extendiendo a Occidente. La profecía dice que el Buddhadhamma duraría solo quinientos años debido a que las mujeres se unieron a la sangha no es válido.

Cuestionar la autenticidad de ciertos pasajes en las escrituras buddhistas es una cuestión delicada, y tenemos que ser cuidadosos. ¿Cómo podríamos probar que todo fue transmitido exactamente como el Buddha habló de ello? Por un lado, ¿no hay daño en decir que ciertos pasajes son interpolaciones posteriores? Yo sospecharía sólo cuando un pasaje no correspondiera con el espíritu de la esencia fundamental de las enseñanzas del Buddha. En general, tenemos que confiar en que los monjes indios tenían memorias exactas y estar agradecidos con ellos por preservar y transmitir los textos. Los monjes buddhistas eran meticulosos en la preservación de las enseñanzas y en transmitirlas. En el Cristianismo, diferentes hombres escribieron Los Cuatro Evangelios y no consultaron entre ellos, mientras que los monjes budistas tuvieron concilios para compilar y sistematizar las enseñanzas del Buddha, durante los cuales revisaron entre ellos la información. El primer concilio se sostuvo justo después de la partida de Buddha y asistieron quinientos Arhats. El segundo ocurrió cien años después de este, con setecientos monjes que recitaron conjuntamente el acordado cuerpo de conocimientos.

 

La relación entre el Bhikkhu Sangha y el Bhikkhuni Sangha

Como esperaríamos, los monjes trataron a las novicias de la misma forma en que los hombres generalmente trataban a las mujeres en la sociedad india de ese tiempo. Cuando las mujeres entraron a la orden, los monjes esperaban que ellas limpiaran el monasterio y lavaran sus platos, hábitos y alfombras. Los laicos notaron esto y se lo informaron al Buddha, diciendo que estas mujeres quisieron ser ordenadas de modo que pudieran estudiar y practicar las enseñanzas, pero que ahora disponían de poco tiempo para esto. En respuesta, el Buddha estableció reglas a los monjes recordándoles cómo debían tratar a las novicias. Por ejemplo, estableció preceptos que prohibían a los monjes pedir a las bhikkhunis lavar sus hábitos, telas, y así sucesivamente.

El Buddha también protegió a las monjas contra el aprovechamiento de los monjes flojos. Una bhikkhuni de 120 años continuaba con la colecta de la limosna cada mañana, caminando largas distancias desde el monasterio hasta el poblado. Ella recibía la comida y regresaba al monasterio con su tazón de limosnas. A la entrada del monasterio la esperaba un joven monje, que era muy perezoso como para caminar hasta el poblado por limosnas. Notando que su cuenco estaba vacío, ella le ofrecía su comida. Ésta era suficiente par a una sola persona, así que no tenía nada para comer el resto del día.

Al siguiente día, la esperaba nuevamente, y ella le ofrecía su comida. Al tercer día, después de no haber comido durante los tres días, fue al poblado a recoger las limosnas. Un carruaje propiedad de un acaudalado partidario del budismo pasó muy cerca de ella, y como aceleró la marcha de su camino, se desmayó y cayó a la tierra. Aquel hombre rico se detuvo a ayudarla y descubrió que se había desmayado porque no había comido durante tres días. Él le reportó la situación al Buddha y protestó porque una monja había sido tratada así por un monje. Así el Buddha estableció el precepto que prohibía a los monjes tomar la comida de las bhikkhunis. Desde luego, entender el espíritu de cada precepto es importante; esto no significa que las monjas que tengan mucho alimento no lo compartan con los monjes.

Las monjas en el tiempo de Buddha tenían los mismos derechos y una igual participación en todo. En una ocasión, ocho hábitos fueron ofrecidos a ambos sanghas en dónde sólo había una monja y cuatro monjes. El Buddha dividió los hábitos por la mitad, dándole cuatro a la monja y cuatro a los monjes, puesto que los hábitos eran para ambos sanghas y tenía que dividirlos equitativamente, sin embargo muchos estaban en cada grupo. Como las monjas tendían a recibir menos invitaciones a casa de las personas laicas, el Buddha hacía traer todas las ofrendas al monasterio y las dividía equitativamente entre los dos sanghas. Él protegía a las monjas y era justo para ambas partes.

 

El Primer Concilio y el Bhikkhuni Patimokkha.

Ananda, el secretario de Buddha, desempeñaba un rol importante en la relación con las monjas. Era querido por ellas y visitó muchos monasterios de monjas para enseñarles. Debido a que él escuchaba casi todas las enseñanzas de Buddha y tenía una memoria fenomenal, fue una persona fundamental en el Primer Concilio cuando las enseñanzas fueron recitadas y recopiladas.

Que algunos monjes no hubiesen estado contentos con que el Buddha permitiese a las mujeres unirse a la orden nunca había sido expresado mientras el Buddha estuvo vivo. Esto se reveló primero en el Primer Concilio, en el cual quinientos arahants masculinos asistieron aproximadamente tres meses después del parinibbana de Buddha, su fallecimiento. Antes de la actual recitación de las enseñanzas de Buddha, ellos le dijeron a Ananda que él había cometido ocho errores y lo forzaron a confesarlos. Uno era que él había introducido mujeres en el sangha. Ananda respondió que él no lo veía como un error, ni que había violado un precepto haciéndolo. Sin embargo, para evitar causar cisma en el sangha tan poco después del parinibbana de Buddha, dijo que si los monjes querían que confesara, lo haría.

Tengo dudas de que sólo quinientos hombres hartas estuvieran en este concilio. En los días de uposatha cada luna nueva y llena, las bhikkhunis podían recitar su Patimokkha Sutta aparte de los monjes. Creo que técnicamente, no sería posible para los monjes recitar el Patimokkha Sutta de las monjas, y así las bhikkhunis debieron haber estado presentes en el Primer Concilio. Los registradores, quienes eran todos monjes, pudieron no haber considerado importante mencionar su presencia. Algunos monjes han estado bastante amables al dialogar sobre este punto: recientemente, un monje de Sri Lanka me dijo que él tampoco pensaba que sólo los hombres hubiesen asistido al Primer Concilio.

 

La Orden de Bhikkhuni en India y su difusión a otros países.

Tanto el bhikkhu como el bhikkhuni sanghas existieron hasta el sigo once D.C. cuando los musulmanes atacaron India y destruyeron los templos buddhistas. En el 248 A.E.C., cerca de trescientos años después del fallecimiento del Buddha, el Rey Asoka el Grande asumió el trono. Como gran partidario del Budismo, envió misionarios budistas en nueve diferentes direcciones. Su hijo, Mahinda Thera viajó a Sri Lanka a enseñar el Dhamma y establecer el sangha de bhikkhu. La Princesa Anula, cuñada del Rey Devanampiyatissa de Sri Lanka, se convirtió al budismo cuando él lo hizo. Después de escuchar las enseñanzas de Mahinda Thera, ella entró en la corriente y le preguntó si podía unirse al sangha. Mahinda Thera le dijo que la doble ordenación por amabas ordenes de bhikkhu y de bhikkhuni era necesario para ser una bhikkhuni. Al menos cinco bhikkhuni deben estar presentes para conformar un sangha, y la preceptora debe tener al menos doce años de permanencia en la orden de bhikkhuni para dar los cinco preceptos. Él le sugirió que consultara al Rey Devanampiyatissa para enviar a un mensajero a India a solicitarle al Rey Asoka que enviase a su hija, Sanghamitta Theri, y algunas otras bhikkhunis para dar la ordenación. Sanghamitta Theri, una princesa, había dejado la fortuna real para practicar el Dhamma. Muy versada en el Vinaya, también enseñaba el Dhamma. Así, a petición del rey de Sri Lanka, el Rey Asoka envió a Sanghamitta Theri y a otras bhikkhunis a establecer la orden de bhikkhunis en Sri Lanka. Con ella, el Rey Asoka también enviaba una rama del árbol de bodhi de Bodhgaya. Ella y otras bhikkhunis de India, junto a la bhikkhu sangha, ordenaron a la Princesa Anula y otras mujeres de Sri Lanka, estableciendo así la bhikkhuni sangha en Sri Lanka, el primero fuera de India.

Cientos de mujeres querían recibir la ordenación cuando Sanghamitta Theri llegó, y el Rey Devanampiyatissa estableció conventos para ellas. El bhikkhuni sangha prosperó allí junto al bhikkhu sangha, hasta que ambas órdenes fueron eliminadas cuando el Rey Chola del Sur de India atacó Sri Lanka en el año 1017 D.C. El siguiente Rey Buddhista que llegó al trono quien buscó por toda la isla y tan sólo encontró a un joven novicio abandonado. Para revivir el sangha en Sri Lanka, envió delegados a Burma y Tailandia para solicitarles a los reyes que enviaran monjes para dar la ordenación en Sri Lanka. Sin embargo, en Tailandia nunca habían tenido una orden de bhikkhuni, no podían enviar bhikkhunis, y el rey de Sri Lanka solo fue capaz de revivir el bhikkhu sangha.

 

Las monjas chinas

Desde el Segundo Siglo D.C., los chinos fueron ordenados como monjes. A comienzos del cuarto siglo, una mujer china, Ching-chien, estaba muy entusiasmada por convertirse en una bhikkhuni. Aunque ella había recibido la ordenación de sramanerika de un monje, no había recibido la ordenación de una bhikkhuni, puesto que los monjes chinos decían que la doble ordenación era necesaria. Luego, un monje extranjero, T’an-mo-chieh, dijo que insistirle a la mujer sobre la ordenación dual no era práctico en una tierra donde las bhikkhunis no estaban presentes. Él y un bhikkhu sangha ordenado ordenaron a Ching-chien, con lo cual ella se convirtió en la primera bhikkhuni en China.

Más tarde, los chinos invitaron a las bhikkhunis de Sri Lanka a ir a China. Algunas fueron, aunque no las suficiente como para dar la ordenación de bhikkhuni. Estas monjas permanecieron en China para estudiar el idioma chino, mientras que el dueño del barco volvió a Sri Lanka para invitar a bastantes bhikkhunis a ir a China para que dieran la ordenación. En los años siguientes, el barco trajo a muchas bhikkhunis provenientes de Sri Lanka, incluyendo una llamada Tessara. Junto a las bhikkhunis que habían llegado primero, ordenaron a más de trescientas mujeres chinas en el Monasterio del Bosque del Sur. El monje indio Saghavarman y el bhikkhu sangha también dieron la ordenación, haciendo de esto la primera ordenación doble de bhikkhunis en China.

De acuerdo con el Vinaya Theravada encontrado en el sureste de Asia –y este es diferente del Vinaya Dharmagupta encontrado en China- una bhikkhuni preceptora puede dar la ordenación solamente a una cada año de por medio. Hoy día algunas personas cuestionan la validez de la ordenación china porque muchas monjas fueron ordenadas juntas. Sin embargo, cuando estudiamos el espíritu del precepto, es evidente porque inicialmente el número de discípulas de cada bhikkhuni preceptora era limitado. Primero, por razones de seguridad, las monjas no podían vivir en el bosque, luego tenían que quedarse en viviendas, y todavía no existían las suficientes. Segundo, el número de mujeres indias ordenadas era tan grande que el bhikkhuni sangha no tenía los suficientes instructores para entrenarles. Una forma de limitar la población de monjas era limitar el número de mujeres que cada preceptora podía ordenar. En China, la situación era diferente, y era práctico ordenar varias bhikkhunis a la vez.

A principios de este siglo, existían muchos monasterios grandes en China continental. Antes de que el comunismo tomase posesión los monjes pensaban que eran fuertes y que serían capaces de sobrevivir. No obstante, cuando las monjas oyeron que China podría ser controlada por los comunistas, comenzaron a emigrar a Taiwán. Llevaron sus recursos con ellas, comenzaron a construir monasterios para monjas, y se establecieron bien en Taiwán. Cuando los comunistas asumieron el control del continente, los monjes comprendieron que no podrían sobrevivir conforme a la regla comunista, así que huyeron apresuradamente a Taiwán y llegaron casi con nada. El sangha de monjas les brindó la ayuda necesaria para que se restablecieran. Los monjes recuerdan su bondad, y así las monjas en Taiwán son respetadas tanto por los monjes como por los laicos buddhistas. Las monjas exceden ampliamente en número a los monjes, son bien instruidas y tienen comunidades grandes con sus propias abadesas.

Taiwán es una fortaleza para la ordenación de bhikkhunis, las monjas progresan bastante bien. El Venerable Maestro Wu Yin es reconocido por el alto nivel de educación secular y religiosa de sus monjas. Bhikkhuni Cheng recibió el Premio Magsaysay por inaugurar un hospital para las personas pobres y una escuela médica. Su organización caritativa es muy popular en Taiwán tanto que uno debe anotarse en una lista para hacer trabajo caritativo en ella! Otra monja, la Venerable Hiu Wan literalmente compró una montaña y construyó un colegio para ingenieros. Lentamente ha introducido los estudios budistas en ese colegio. Durante mi visita a Taiwán, he estado muy impresionada con las monjas, y pienso que los países que actualmente no cuentan con un linaje de bhikkhunis pueden tomarlo de Taiwán. Sin embargo, debido a algunos problemas en el pasado, unas monjas de Corea y Taiwán no están dispuestas a entrenar monjas extranjeras. Afirman que las monjas occidentales son muy individualistas, haciendo arduo el entrenamiento. Para ellas es difícil entender la mentalidad occidental, así que se necesitaravanzar en reducir la brecha.

 

La ordenación de Bhikkhuni

Después de la muerte del Buddha, surgieron muchas escuelas del Vinaya. Considerando que el Patimokkha Sutta en cada escuela se había transmitido oralmente por varios siglos y que las escuelas se desarrollaron en áreas geográficas muy dispares, ellos son notablemente similares. Naturalmente, se encuentran diferencias menores en el número de preceptos y en su interpretación. Los chinos siguen el Dharmagupta Vinaya, el cual es una subsección del Theravada, tradición seguida en Tailandia, Sri Lanka, y otros países del Sureste de Asia. Los Tibetanos siguen el Mulasarvastivada.

No estoy segura sobre estos linajes del Vinaya de las bhikkhunis de Sri Lanka traídos a China. Se necesita mayor investigación para establecer este aspecto importante. Hoy día existe mucha discusión sobre las mujeres de países como Tailandia, Sri Lanka, y el Tíbet que reciben la ordenación de la comunidad china y la dan en sus países, donde el linaje de ordenación de bhikkhuni no existe actualmente. Sin embargo, en general los monjes de Sri Lanka y Tailandia no aceptan la ordenación de bhikkhuni de la tradición china por considerarla de un linaje del Vinaya diferente al suyo. No veo esto como importante porque todas las tradiciones siguen en general el mismo cuerpo del Vinaya.

El Buddha dijo que para que el Buddhismo floreciera en un país, los cuatro grupos de buddhistas eran necesarios: bhikkhus, bhikkhunis, laicos y laicas. Así sería ventajoso traer el bhikkhuni sangha a los países donde actualmente no está presente. Pienso que hay dos tipos de personas que hablan sobre la posibilidad de ordenación de bhikkhunis: los que dicen “no” para citar un texto y decir, “Vea, el Buddha nunca quiso que las mujeres ingresaran a la orden”. Aquellos que dicen “si” para mencionar una cita del mismo texto y decir, “Vea, es posible, si usted entiende el espíritu de los preceptos”. Sin embargo, los indicios de cambio están comenzando a aparecer lentamente. Por ejemplo, en 1998 algunos destacados monjes Theravada participaron en la ordenación de bhikkhuni dada por un maestro Chino en Bodhgaya, India. Veinte monjas de Sri Lanka tomaron la ordenación en ese momento.

Las monjas han destinado su vida al Dhamma, y no deben ser tímidas en mostrar a otros lo que su influencia positiva puede tener sobre la sociedad. Las últimas palabras del Buddha fueron, “Sea beneficioso para usted mismo, sea beneficioso para los demás”. Para ganar el apoyo de la sociedad, el bhikkhuni sangha puede mostrar que a través de su práctica del Dhamma, se benefician llegando a alcanzar la paz y la felicidad. Pueden mostrar que benefician a otros ayudándoles también a alcanzar la paz. Si las monjas se presentan y muestran sus capacidades, la sociedad las apoyará. Entonces los monjes conservadores entenderán que vale la pena que las mujeres se unan a la orden. Verán que las monjas pueden ayudar a solucionar muchos problemas y servir a otros de los modos en que los hombres no pueden hacerlo.

 

Aproximación al Vinaya

En principio, sólo existían un pequeño número de monjes y de monjas, y ya que la mayor parte de ellos estaban iluminados, no había necesidad de un sistema de preceptos. Después, el sangha creció mucho más y sus integrantes provenían de distintos lugares. El sangha necesitaba un compendio común de directrices de comportamiento, y así nació el Vinaya. Los textos Theravada mencionan diez razones del porqué el sangha debería seguir el Vinaya. He agrupado estas diez en tres objetivos principales del Vinaya:

1. Elevar cuerpo, discurso y mente. El Vinaya ayuda a cada persona que entra al sangha a canalizar sus acciones físicas, verbales y mentales en una dirección virtuosa.

2. Apoyar la armonía del Sangha. El Sangha consiste en personas de diferentes castas, clases sociales, géneros, razas y orígenes étnicos, hábitos, y valores. Sin seguir el Vinaya, un grupo tan diverso no tendría armonía.

3. Confirmar la creencia de quienes ya son Buddhistas y alegrar los corazones de los que aún no se han hecho Buddhistas. La forma en que una persona ordenada camina, come, y habla influencia cómo las personas ven el Dhamma y el sangha. Esto ayuda a la población en general cuando ven la bondad, la cortesía, no agresión. Lo que realza la fe de los Buddhistas y ayuda a quienes aún no están en el camino a entrar en él.

Reflexionando en estos tres propósitos, vemos que no se quiere significar que el Vinaya beneficie únicamente al individuo perteneciente al monasterio, sino que también a la comunidad. Por ejemplo, si las bhikkhunis siguen el Vinaya correctamente, harán eco. Influenciarán los países que no tienen monjas ordenadas, y las monjas serán apreciadas y respetadas por la mayoría de la población.

El Buddha no era un legalista. Cada precepto era establecido en respuesta a un evento específico. Cuando un monje cometía un error o actuaba de forma tal que los laicos lo encontraran pesado, captaba la atención del Buddha, y establecía un precepto para guiar a los futuros discípulos en situaciones similares. De este modo, la lista de preceptos se desarrolló gradualmente.

Incluso la acción del Buddha era causa de al menos una regla. Cuando el Buddha ordenó a su hijo, Rahula, como un novicio, el padre del Buddha se quejó. Su padre estaba triste porque su único hijo, el Buddha, se había hecho monje, y ahora su único nieto, Rahula, dejaba la vida de familia. Su padre le pidió al Buddha que en el futuro ordenara a jóvenes sólo con el consentimiento de sus padres o guardianes, y el Buddha estableció un precepto a este respecto.

Es útil dividir el material encontrado en las enseñanzas buddhistas en dos partes: las enseñanzas que tratan de la vida mundana y los que conciernen al desarrollo de la mente y las facultades mentales. Las últimas enseñanzas se refieren a todos. Por ejemplo, la iluminación es una cualidad de la mente. No se relaciona con el genero, raza, y así sucesivamente.

Por un lado, las enseñanzas referentes a la vida mundana tratan de la sociedad y del mundo, y, por lo tanto, hablan a veces del comportamiento de hombres y mujeres de distinta forma. Estas enseñanzas pueden ser subdivididas en dos categorías. Una corresponde a lo que era practicado en la sociedad de India en ese tiempo. Ciertos valores sociales indios antiguos fueron tomados en el Buddhismo, porque la comunidad buddhista no estaba fuera de la sociedad india en general en aquel momento. Por supuesto, algunos de estos valores se referían a la posición de las mujeres. Por ejemplo, las mujeres debían ser sumisas a los hombres. La iluminación espiritual no era hablada conjuntamente con las mujeres. En India, el único camino por el cual una mujer podía alcanzar la salvación era a través de bhakti o la dedicación a su esposo.

La segunda categoría de enseñanzas se refieren a la vida mundana mostrando igualdad de género. El Buddha avanzó y dijo que una mujer puede alcanzar la iluminación. Ella puede estar sola y no tener hijos. Si miramos la formación de la orden de monjas y sus preceptos en el contexto social de la antigua sociedad india vemos que el Buddha se adelantó a su tiempo cuando validó las capacidades espirituales de la mujer y elevó su posición. Permitiendo a las mujeres ser ordenadas, el Buddha le dio a las mujeres una visión y una oportunidad sin precedentes que ninguna otra religión en aquel tiempo podía ofrecerles.

Así, hay dos tipos de material en el Tipitaka, el Canon Buddhista. Uno claramente apoya a las mujeres. El otro pareciera discriminatorio contra las mujeres debido a la incorporación de los valores sociales de India. Cuando podemos distinguir entre estos dos tipos, podemos mirar el buddhismo con una luz más clara.

Antes del fallecimiento del Buddha, él permitió que los preceptos de menor importancia fueran levantados. Sin embargo, los ancianos del Primer Concilio no decidieron cuáles preceptos eran principales y cuáles preceptos eran de menor importancia. Por consiguiente, algunos propusieron mantener el cuerpo entero de preceptos sin cambio alguno.

La primera categoría de preceptos, parajika, significa rechazo. Si uno transgrede cualquiera de ellos, se es rechazado en el sentido en que no es más un miembro de la comunidad monástica. De modo interesante, los monjes tienen cuatro rechazos mientras que las monjas tienen ocho. En el tiempo en que las monjas se unieron a la orden, los cuatros rechazos para los monjes ya estaban establecidos. Los otros cuatros fueron añadidos debido a las acciones de las monjas.

Por ejemplo, el quinto rechazo para las monjas dice que si una monja siente placer sexual por un hombre que la acaricia hacia arriba, tocándola ligeramente, estrujando, o deteniéndose en el área de la clavícula bajando hacia las rodillas, es rechazada y no es más una monja. Al principio, no entendía porqué estas acciones eran bastante serias para ser consideradas parajika. Habiendo pensado en ello durante mucho tiempo, veo que si tanto el hombre como la bhikkhuni sienten placer sexual, esto se parece a la iluminación de una cerilla. El fuego quemará todas las partes. Si permitieran aquella clase de de roces y el placer sexual surgiera, sería difícil para las dos personas separarse. Es por esto que ese precepto es tan serio.

 

Cómo las monjas pueden ayudar a la sociedad

Las monjas pueden ayudar siendo simplemente un buen ejemplo de las personas que no son pretenciosas y viven en el espíritu de no-nocividad. Aparte de sus estudios espirituales, las monjas también pueden beneficiar directamente a la sociedad de otras maneras, uno de los cuales es estar implicadas en cuestiones referentes a las mujeres. Por ejemplo, las bhikkhunis pueden ayudar con problemas respecto del aborto, la prostitución, la menopausia y otras cuestiones de las cuales las mujeres prefieren hablar con otras mujeres. Las monjas también pueden ayudar a madres solteras, muchas de las cuales no quieren tener un aborto, pero no saben manejar la situación. En Tailandia, acabamos de abrir una casa para mujeres con embarazos no deseados, entonces ellas pueden evitar el aborto y recibir el cuidado que necesitan.

Las monjas también pueden ayudar a las mujeres que sufren después de haber tenido un aborto. Aunque como buddhistas desalentemos el aborto, algunas mujeres lo sufren. Más tarde, estas mujeres tienen pesar y emociones confusas sobre sus acciones. Tenemos que ayudarles a aceptar que este acto fue cometido, enseñarles significa purificar sus huellas kármicas, y animarlas a seguir adelante con sus vidas sin la carga de una conciencia culpable. Algunas mujeres buddhistas en oriente han comenzado a crear rituales para ayudar a estas mujeres a lograrlo.

La orden de monjas tiene un gran potencial, independientemente de las monjas que lo hagan tendrá un efecto dominó a todas las mujeres buddhistas del mundo. Mi esperanza es que las monjas usarán su energía colectiva para ayudarse unas a otras, contribuir a la sociedad, y conservar y propagar las valiosas enseñanzas del Buddha.


La autora

Nació en Tailandia in 1944, la Dra. Chatsumarn Kabilsingh graduada con Honores en Filosofía de la Universidad Visva Bharati (India), recibió su grado M.A. en Religión de la Universidad McCaster (Canadá), y su Ph.D. de la Universidad Magadh (India) en 1982. Desde 1973, ha sido Profesora Asociada de Filosofía y Religión y es ahora cabeza del Departamento de Filosofía y Religión en la Universidad de Thammasat, Bangkok. Ha publicado varios libros y muchos artículos de investigación, asiste a conferencias internacionales, es la editora de Yasodhara, y es la última presidenta de Sakyadhita, una organización internacional de mujeres Buddhistas.


 

Traducción al español © Upasika Sabrina Sujata

Edición © 2008 Bosque Theravada


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