Un brahmán ofuscado con su esposa que siempre alaba al Buda, pretendiendo refutar su doctrina, termina convirtiéndose en un arahant.
[1] Esto he escuchado.
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, en el Santuario de las Ardillas, cerca de Rajagaha. En esa ocasión la mujer de cierto brahmán del clan de Bharadvaja, una mujer brahmán de nombre Dhananjani, estaba llena de confianza en el Buda, el Dhamma y el Sangha. Una vez, mientras estaba trayendo al brahmán su comida, se tropezó, después de lo cual exclamó tres veces una exclamación inspiracional:
“¡Homenaje al Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado! ¡Homenaje al Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado! ¡Homenaje al Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado!”.
Cuando dijo esto, el brahmán del clan de Bharadvaja le replicó: “Por la más mínima cosa, mujer infeliz, brota alabanza de ti a este asceta pelado. Ahora, mujer infeliz, voy a refutar la doctrina de este tu maestro”.
“Yo no veo a nadie, brahmán, en este mundo con sus devas, Mara y Brahma, en esta generación con sus ascetas y brahmanes, con sus devas y seres humanos, que sería capaz de refutar la doctrina del Bienaventurado, el Arahant, el Perfectamente Iluminado. Cuando vayas, lo vas a entender”.
Entonces, el brahmán del clan de Bharadvaja, enojado y disgustado, se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron estas sus amables palabras de bienvenida y cordiales saludos, se sentó a un lado y se dirigió al Bienaventurado en verso:
“¿Habiendo asesinado qué cosa, uno duerme profundamente?
¿Habiendo asesinado qué cosa, uno no tiene pena?
¿Qué es aquella única cosa particular, oh Gotama,
Cuyo asesinato apruebas?”.
[El Bienaventurado:]
Habiendo asesinado la ira uno duerme profundamente;
Habiendo asesinado la ira uno no tiene pena;
Asesinar la ira, oh brahmán,
Con su raíz ponzoñosa y la punta endulzada:
Esta es la clase de asesinato que los nobles alaban,
Por haber asesinado aquello, uno no tiene pena”.
Cuando se dijo esto, el brahmán del clan Bharadvaja dijo al Bienaventurado:
“¡Excelente, Maestro Gotama! ¡Excelente, Maestro Gotama! El Maestro Gotama esclareció el Dhamma de diferentes maneras, como si enderezara lo que estaba torcido, revelara lo que estaba oculto, mostrara el camino a los que estaban perdidos o sostuviera una lámpara en medio de la oscuridad, de manera tal que los de buena vista pudieran ver las formas. Ahora voy por refugio al Maestro Gotama, al Dhamma y al Sangha de los monjes. ¿Puedo recibir el renunciamiento bajo el Maestro Gotama y recibir la plena ordenación?”.
Entonces, el brahmán del clan de Bharadvaja recibió el renunciamiento bajo el Bienaventurado y recibió la plena ordenación. Y pronto, no mucho después de su plena ordenación, morando en soledad, apartado, ardiente y resuelto, el Venerable Bharadvaja, al descubrirlo por sí mismo con el conocimiento directo, en esta presente vida entró y permaneció en aquella insuperable meta de la vida santa por la cual, correctamente, los hombres de clan renuncian a la vida hogareña y asumen el estilo de vida sin hogar. Y conoció esto directamente: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que tenía que hacerse ha sido hecho y, he aquí, no hay más futuros estados de existencia”. Y el Venerable Bharadvaja llegó a ser uno de los arahants.
FUENTE:
Bodhi, B. (2000). Dhananjani en The Connected Discourses of the Buddha: A Translation of the Samyutta Nikaya. Boston: Wisdom Publications, (versión digital), pp. 376-377.
Dhananjanisuttam en Digital Pali Reader
Traducción: Anton P. Baron
Edición: Federico Angulo y Anton P. Baron
Publicación de Bosque Theravada, 2015.